Las comparaciones son odiosas, se sabe. Pero la imagen surge en la memoria instantáneamente. Uno parece estar viendo allí a Diego Maradona antes de México ‘86, Italia ‘90 o de Estados Unidos ‘94 haciendo jueguito con una pelotita de golf, de tenis o hasta con una manzana.
Terminó la práctica de la Selección a cuatro días del inicio del mundial de Alemania. Él, consciente de que la expectativa general no se cumplió, empieza el espectáculo. Se sienta sobre el césped frente al HerzogsPark y da comienzo a su show. Lionel Messi como un artista. es dueño de la atención.