Y una noche el goleador hizo delirar a todo un pueblo. Esto puede ser tranquilamente un pequeño fragmento de un cuento. Pero se trata de la viva realidad que envuelve a Juan Carlos Bermegui y a miles de almas chacareras que deliraron con su gol frente a Instituto.
El prefiere ser cauto y no decir que puede haber sido la conquista que marque el camino de San Martín a la final del Reducido.
“No creo que haya sido así, faltan 90 minutos y por ahora hemos dado un gran paso. Sabíamos que teníamos que ganar como sea. Este conjunto ha demostrado que tiene hambre de gloria. Los chicos tienen muchas ganas y se matan. Nosotros, los viejitos, les demostramos que no venimos a robar”.