Muy pocas veces sobre el ring del Luna Park hubo tanta cantidad y tanta calidad de inteligencia en pugna. El de Nicolino Locche y Eddie Perkins fue un combate aparentemente malo pero escencialmente bueno. Y hasta excelente. Lo que es que esta vez, como el mismo mendocino lo dijo tras la pelea, se encontró con su espejo.
Y los que esperan más acción, y los que esperan espectacularidad y los que esperan "show" y los esperan golpes se fueron defraudados. Las tres tarjetas favorecieron al mendocino que ahora va a Japón en busca del título mundial.