Con los mendocinos Carlos Aro (boxeo), el ciclista Ernesto Contreras y el entrenador de boxeo, Francisco Bermúdez, comenzaron los Juegos Olímpicos de Roma. Aro llegó a la capital italiana como campeón argentino, latinoamericano y panamericano amateur de la categoría pluma e hizo ese año su debut olímpico. Contreras, plagado de éxitos también, compitió en la prueba de persecución por equipos.
Mientras que Bermúdez venía de ser entrenador del equipo que había estado en los Panamericanos de 1955 cuando el boxeo nacional había consagrado a cinco boxeadores.