Recién arribado al aeropuerto mendocino, Gabriel Castillo visitó la redacción de LOS ANDES, donde contó los momentos culminantes de la competencia. La última vuelta, a los 5 mil metros del circuito de Daytona, con el brazo fuera de la ventanilla y la bandera argentina flameando a más de 200 kilómetros por hora, fue lo último que se vio de las “24 horas”, en su edición número 36.
Castillo, piloto que nació en Luján, para esta propuesta internacional fue el abanderado celeste y blanco. A él la emoción le ganó el rostro con el recuerdo de la bandera a cuadros cayendo sobre el Oldsmobile N° 56, que marcó el final de la prueba y el inicio del festejo y los abrazos entre todos los argentinos en el Daytona Beach.