El lunes 24 de julio el avión Mitsubishi turbohélice con matrícula LV-MCV comandado por el piloto Matías Ronzano y el copiloto Emanuel Vega, y tripulado por Matías Aristi, desapareció de los radares en San Fernando, Buenos Aires, cuando iba rumbo a Formosa. Desde ese momento, las especulaciones han estado a la orden del día, pero lo cierto es que aún no se sabe qué ocurrió realmente con la nave y sus ocupantes.
Desde el primer momento, miembros del Aeroclub Mendoza de La Puntilla participaron de los rastrillajes que se han hecho. Allí conocen bien al aeroplano, ya que el día previo a su desaparición, el domingo 23, estuvo en esta pista mendocina. Recordemos que la familia Aristi es dueña de la bodega Melipal de Agrelo.
A los miembros del Aeroclub los une una relación de amistad con los desaparecidos y es por ello que ofrecieron su conocimiento y sus horas de vuelo para colaborar con la búsqueda. Juan Carlos Minetto (50), vicepresidente de la entidad, fue el primero en dirigirse a la zona ubicada en el norte del Gran Buenos Aires.
"Desde el día uno hemos estado ayudando. Tenemos una relación de amistad con ellos, los conocemos hace varios años y desde que se hicieron las reformas en el Aeroclub (que se realizaron antes de las obras en el Aeropuerto El Plumerillo) comenzaron a venir más seguido", explicó Christian Tsallis, presidente de la institución ubicada en La Puntilla.
Cómo es el rastrillaje
Minetto participa de la mesa de crisis creada para hallar al avión o sus tripulantes, cualquiera haya sido el destino de ellos. Allí también se organiza el área de búsqueda y rescate en conjunto con la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
El piloto mendocino explicó que la búsqueda estuvo muy demorada al inicio, pese a que se debería haber puesto un alerta a los minutos de registrado algo irregular en el vuelo, pero recién a la hora se inició el rescate. "Un ejemplo: si un avión tiene destino a San Juan con alternativa a Calingasta, y no llega a la hora prevista, durante 30 minutos se considera período de incertidumbre.
Si pasan otros 30 minutos se pone en marcha el servicio de búsqueda y salvamento. Pero si se pierde contacto con la radio de un avión repentinamente, a los 5 minutos hay que salir a buscarlo. Acá se iniciaron acciones una hora después", explicó Minetto, que tiene 50 años y 30 de experiencia en el aire.
Además, dijo que todo piloto comercial ha recibido una capacitación de búsqueda y rescate pero que de todas maneras, para esta búsqueda en particular Prefectura Naval ofreció una explicación de la forma en que es recomendable realizar el rastrillaje.
“Se está volando de sol a sol, lo que es muchísimo para cualquier piloto. Son aproximadamente 7 horas y además no es un vuelo recto sino que se va haciendo zigzag, rastrillando la zona en búsqueda de algún indicio”, señaló Tsallis, añadiendo que además es la zona con más tránsito de aviones de Argentina, lo cual dificulta la búsqueda.
“Tienen rastrillado un gran porcentaje de la zona, pero aún no han terminado. Van y vuelven por aquellos lugares donde hay dudas. Por allí están el río Paraná y el de la Plata. Son aguas muy profundas y el acceso en auto también es muy difícil. Pueden llegar a pasar meses antes de que se encuentre algo”, aseguró el presidente del Aeroclub.
Una hipótesis
Minetto ensayó una explicación sobre lo que puede haber ocurrido: dijo que a la tripulación les debe haber ocurrido una emergencia tal que no les dio tiempo de comunicar nada. Enfatizó que los rastrillajes comenzaron tres días después, demasiado para un caso así.
En tanto, para Tsallis el tiempo es la clave para descartar algunas hipótesis relacionadas con el secuestro, como se especuló los días posteriores a la desaparición del avión. “A medida que va pasando el tiempo, lo que prevalece es la teoría del accidente. No hay chance de que haya sido un secuestro: primero porque nadie se contactó; segundo, porque el de San Fernando es un aeropuerto similar al de Mendoza, internacional, y requiere de muchos controles para ingresar a la pista”, remarcó el especialista.
Por otra parte, dijo que puede haber habido un problema cerca del despegue y que el Mitsubishi turbohélice, que es un avión del ‘78, es bastante rápido y muy complejo. Según Tsallis, es un avión difícil de pilotear, y en una emergencia más aún.
“Puede haber habido algo en el motor, algo fuera de la normalidad. De todas maneras es un aparato que nunca tuvo inconvenientes; es más, le cayó un rayo hace un tiempo y aterrizó sin problemas”, completó, agregando que hay pocos aviones como éste en el país.
