La historia del club Honor y Patria, de Las Heras, repite la vida y pasión de muchas entidades barriales que tuvieron una época dorada y luego empalidecieron, hasta desaparecer.
El Honor... nació un 1° de mayo de 1926, en un bar llamado Antoñito, no muy lejos del Cementerio de Capital. En ese local, un grupo de muchachos decidió que era mejor tener un lugar para hacer deportes, que estar horas en las esquina o en el café.
La idea y las ganas la tenían, pero no la plata para comprar un terreno. Pero surgió un mecenas, o más de uno, los hermanos López, que vivían en la calle José María Godoy. Ellos donaron el predio donde hoy se ubica la entidad, San Martín 629, en lo que antiguamente se llamaba villa Las Heras.
Lo primero que se hizo fue la secretaría y un salón, y después se construyeron las canchas de basquetbol y bochas.
"El fútbol -recuerda Jorge Blanco (73), un colaborador y socio con 55 años de antigüedad- se practicaba en un campo del club Alurralde, sobre la actual Mitre, desde Jacinto Juárez a José María Godoy".
En sus años mozos y mediana edad, el Honor... integró la Liga Lasherina de Fútbol, donde ganó más de un campeonato, con figuras como los hermanos Angela y Arribusi, Nicanor González, Héctor Apiolaza y muchos más, algunos de los cuales jugaron posteriormente en El Globito. También se puso camiseta y exhibió su 'chanfle' Víctor Legrotaglie.
En la década del '50, la institución vivió una experiencia inolvidable: salió primera a nivel provincial del Campeonato Evita de ese año.
"El club por entonces era un hervidero de actividad, porque además se hacía basquetbol masculino y femenino, a través de la afiliación a la Federación Mendocina de la actividad, y se jugaba a las bochas", aportó otro veterano, Pedro Esteban (72). A él también se debe el comentario de que en las pretéritas épocas, "los profesores no solo nos daban práctica deportiva sino que también eran formadores de conducta y normas de urbanidad, como Ríos Quiroga (quien era de la Fuerza Aérea) y José Gutiérrez".
En el juego del baloncesto se destacaron muchos jóvenes de entonces, entre las que se puede citar a Sonia Apiolaza, quien guarda en su casa los testimonios de "duras contiendas deportivas".
Como otras sedes colegas de los pueblos y los distritos, el Honor ... era el lugar ideal (y casi único) para realizar fiestas vecinales, bailes y los tradicionales carnavales de antaño.
Avanzando en el tiempo hubo temporadas memorables, bajo la dirección de Vicente Pelegrino, el ex integrante de la selección mendocina de la actividad.
Durante cinco décadas, la asociación se mantuvo activa, soportando distintos vaivenes y contratiempos, pero en los años '90, deudas y otros desequilibrios obligaron a cerrarla.
Hacia 2013 lo rehabilitó un centro de jubilados, pero no lo pudo mantener y fue entonces cuando otra vez, como al comienzo, vecinos y amigos decidieron poner el hombro y recuperar las instalaciones, que se encontraban maltrechas. La apuesta la jugaron Carlos Flores (45, actual presidente), Jorge Blanco, Verónica Meléndez, Francisco Cona, para citar a algunos de los que iniciaron la cruzada actual.
"Nos encontramos con instalaciones en muy mal estado y con mucho sacrificio arrancamos con fútbol infantil, e incorporamos danza para niñas, folklore y taekwondo", aportó Carlos, cuyo padre, del mismo nombre y apodado "Pomelo", vistió la camiseta de la entidad en basquetbol.
Todas las tardes, un enjambre de pibes se entrena con la pelota, bajo la dirección de algunos padres, porque no hay fondos para contratar un DT.
Eva Nerina Carlotto (42), quien también pasó por la casa, ahora envía a su hijo Jano (10) a entrenarse. Se desempeña como arquero. "Es hermoso, todos somos vecinos, y los chicos que ya se conocen de la escuela, prolongan la amistad en el viejo club", acotó la ama de casa.
La comisión actual tiene la firme decisión de mantener el complejo, pero se necesita apoyo externo para mejorar el edificio y también el aporte de docentes de actividades físicas y equipamiento.
"Cuando nos visitó el intendente electo, Daniel Orozco, pudo comprobar que ediliciamente no estamos muy bien y anotó las necesidades", comentó Flores.
Como la gente nueva de los alrededores no conocía la existencia del club, los actuales directivos hicieron una convocatoria a acercarse, con la idea de que más manos ayudarán a conservar este patrimonio barrial.
Amparo y deudas condonadas
La veterana entidad lasherina dispone a su favor haber entrado en la protección de la Ley de Inembargabilidad y Condonación de Deudas para clubes barriales y de pueblos, sancionada el año pasado.
Con esta iniciativa, autoría del senador Gustavo Arenas, por lo menos podrá rearmarse y no verse acorralado por pasivos imposibles de sortear por los montos acumulados en los años de inactividad.