Sólo falta horas. Se paralizan corazones. Las apuestas están a la orden del día. Por tercera vez en seis meses se vuelven a ver las caras, Botelleros y Perros.
El departamento debe ser una fiesta. El clásico de fútbol departamental se roba toda la atención. Es más, la tradicional semana del estudiante se retrasó una semana para que se pudiera disputar el derby. Atrás quedaron las polémicas, los enojos con autoridades municipales, Policías y dirigentes del fútbol en general. Llegó el día del partido. Desde que suene el despertador, será obligación de cumplir con todas las cábalas.
Será un clásico extraño. Se jugará sólo con público local, es decir, del Deportivo Maipú. Por ende, el hincha Botellero, buscará su chambergo, se pondrá esa camiseta que supo usar en aquella final del 2008 con Alvarado, llenará una bolsa de papelito y saldrá hacia el templo de calle Vergara. Por su parte, el Perro Dinamita buscará esa radio que tantas satisfacciones le dio durante el año 2014 y 2015, sin dudas, el capítulo de oro más importante en la historia del club. También deberá buscar esa remera o camiseta del Celeste que lució en la serie ante Huracán Las Heras. Imposible dejar algo librado al azar.
Hoy, se juega el clásico entre Maipú y Gutiérrez a las 14.15 y se paraliza todo.
Mucho se habló en la semana sobre la seguridad del espectáculo, ya que no podrán ingresar los hinchas de Gutiérrez; y circuló la versión que se acercarían igual al estadio Omar Higinio Sperdutti. Desde la Policía de Mendoza informaron que habrán 200 efectivos a cargo del operativo.
Las cartas ya están sobre la mesa, ambos técnicos tienen los equipos confirmados. Está en juego el honor, la clasificación al repechaje por el segundo ascenso y como plus, la permanencia de la categoría.
Seguramente, será un duelo a sala llena. Un deseo: un clásico en paz y a pura fiesta.