Considerada como una de las grandes películas de la historia del cine, “El acorazado Potemkin” fue inspiración para el músico y compositor mendocino Jorge Martín, quien decidió musicalizar el film mudo del ruso Sergei Eisenstein de 1925.
Basada en la historia del motín ocurrido en el famoso buque de guerra del título, cuando su tripulación se rebeló contra el régimen zarista, la película en blanco y negro es, para muchos, el film propagandístico más influyente de todos los tiempos.
Pianista, titular de la cátedra de Sonido y Cine en la Escuela Regional Cuyo de Cine y Video, Martín se inspiró en ese film y en otras realizaciones mudas como “La pasión de Juana de Arco” (1928, Carl T. Dreyer) y “Metrópolis” (1927, Fritz Lang), para realizar composiciones musicales originales y acompañar la proyección de los films.
Precisamente mañana a partir de las 21.30, el Teatro Imperial (Juan Domingo Perón y Barcala, de la ciudad de Maipú), recibirá al músico mendocino que interpretará en vivo la pieza orquestal de su autoría que acompañará la proyección de “El acorazado Potemkin”.
“Podría decir que fui antes cinéfilo que músico. El cine siempre me ha inspirado y cerrar un ciclo de composiciones en el Imperial, con 80 años de historia, va de la mano con la magia que yo busco para que se sienta entre la imagen y el sonido”, dice Martín, nacido en Mendoza en 1966.
Autodefinido como un creador de música ciudadana, con mucho de tango pero también elementos de jazz y tendencias contemporáneas, los proyectos sinfónicos de Jorge Martín son obras escritas para orquesta sinfónica convencional, más instrumentos y recursos sonoros que sólo pueden aportar los instrumentos electrónicos, siempre dentro de una estética contemporánea.
Actualmente viene de presentar en el Cementerio de Godoy Cruz su “Aeternvum”, una reelaboración personal de las tradicionales misas de difuntos.