La inédita final de la Copa Libertadores no solo se jugará en la Bombonera y el Monumental. O en los hogares y bares de Argentina. También habrá miles de hinchas de Boca y River repartidos por el mundo, muchos de ellos organizados en peñas o filiales, que seguirán los encuentros con la misma pasión pese a las distancias.
Al igual que otros grandes clubes, River y Boca cuentan con aficionados en todos los rincones del planeta. Ya sean argentinos residiendo en el exterior o fans de otras nacionalidades que se enamoraron de los colores. Y muchos de ellos se reunirán hoy en bares o restaurantes ambientados especialmente para la ocasión.
"Preparamos un decorado en el restaurante como nunca. Tendremos una banda que vendrá con tambores y haremos una representación de cómo la '12' ingresa cantando al lugar con banderas y mucho color", explica Mario Petrone, el presidente de la filial de Boca en Ciudad de México. También conocida como la peña "Juan Román Riquelme".
Petrone es argentino, pero la agrupación cuenta también con integrantes colombianos y mexicanos. El punto de encuentro es un restaurante en el oeste de la capital mexicana, donde son bienvenidos también muchos hinchas ocasionales que se acercan a ver los partidos.
En otro punto de la capital mexicana, la filial de River se reunirá también en medio de una enorme expectativa. "Estamos esperando la presencia de más de 100 personas, muchos mexicanos", dice no de sus representantes. "Estamos seguros que habrá muchas caras nuevas".
La misma situación se replica en varias las grandes ciudades de Latinoamérica y España. Pero el amor por los colores va mucho más allá: desde Estados Unidos hasta Nueva Zelanda, pasando por Israel o Canadá. "Esperamos más de 250 personas", afirma 'Gigi', la presidenta de la filial de River en Madrid. Tal es la expectativa en la capital española que la peña 'millonaria' debió buscar un lugar más grande para poder recibir a todos los hinchas: el bar La Manyula, en el barrio de La Latina.
La peña boquense de Madrid, por su lado, se juntará en el Disco Pub Gres del barrio de Chamberí. "No es un partido. Es la historia", escribieron en las redes sociales. "Te esperamos para ver el partido más importante de tu vida". Una invitación que se replica en otras ciudades del país como Barcelona, Valencia o Málaga.
En Brasil, la filial de hinchas de River en Sao Paulo tiene previsto reunirse en un bar en el conocido barrio bohemio de Vila Madalena. "Como el bar no es tan grande, estamos viendo si ponemos una tele fuera", dice Damián Ernesto de Paoli, coordinador del grupo, que asegura que los cerca de 70 miembros ya "vibran con las sensaciones del partido".
"La ansiedad es muy grande. Durante varios días no se hace otra cosa que pensar en ese partido", señala el argentino de 33 años, que vive hace seis en Sao Paulo.
Los hinchas no podrán unirse al "banderazo" mundial porque varias de sus banderas fueron decomisadas por la policía en Porto Alegre el 30 de octubre, cuando fueron a alentar a su equipo en la vibrante remontada de semifinales ante Gremio.
"Para el segundo partido quizá ya tengamos banderas otra vez", dice De Paoli, que pronostica una final peleada: "Para River sería un buen resultado sacar un empate en La Bombonera. Pero yo creo que estamos los dos equipos con un 50 por ciento de chances".
En la capital mexicana, el boquense Petrone no tiene pronósticos pero sí unas cábalas (supersticiones) que no se negocian: "Sentarse en el mismo lugar de la última victoria y no usar el teléfono durante los 90 minutos".
La locura por el superclásico llegó también a Nueva York, donde varios bares se preparan para recibir a hinchas y curiosos. "Bosteros de todo el mundo, si andan por NYC de vacaciones y quieren ver el partido, ¡los esperamos para ver el partido en Queens con la mejor hinchada del planeta!", escribió un grupo de Boca Juniors en la Gran Manzana.