No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Viejo refrán que podría trasladarse tranquilamente al presente de este Gimnasia y Esgrima. Porque después de 34 fechas, desde el 22 de febrero, el Lobo volvió a ganar en condición de visitante y lo hizo cuando más lo necesitaba.
Fue 1-0 con un tanto del ‘Chuiqui’ César Carranza cuando se moría el partido y si bien no hizo un gran trabajo, lo importante es que sumó los tres puntos y que continúa afuera de la zona de descenso. El objetivo con el que llegó a Mar de Plata se cumplió y el Blanquinegro sigue sumando en la recta final del torneo.
Y la victoria fue clave además porque enfrente estaba un rival directo, como lo es Unión de Mar del Plata. Por eso el triunfo tiene un valor “doble”. La tabla de posiciones dirá que solamente se sumaron tres puntos, pero la realidad es que se impuso en un juego de los denominados de “seis” unidades.
Uno de esos compromisos que son determinantes para la suerte de cualquier equipo y que en esta oportunidad, le tocó celebrar a Gimnasia.
No fue fácil la tarea para el equipo de Omar Labruna, que hizo un buen primer tiempo pero que no supo sacar diferencias cuando mejor parado estaba en el mundialista ‘José maría Minella’. Después, cuando Unión se quedó con diez hombres todo hacia suponer que se le facilitaría la cuestión, pero lejos estuvo de ser así. Con mucho amor propio el local duplicó esfuerzos y complicó más de la cuenta al Lobo.
Este tipo de encuentros para nada son fáciles. El nerviosismo entra en escena y el conocimiento de los resultados anteriores de los rivales directos en la lucha por evitar el descenso también se suma y se convierte en un lastre no sencillo de dejar de lado.
Por esto, la paciencia y el orden dentro del campo de juego resultaron fundamentales para construir el triunfo. Es cierto que debió pasar algunos momentos de zozobra, pero también que antes de encontrar el gol sobre el final pudo haber marcado y evitado los dolores de cabeza.
En esta victoria importantísima volvió a ser fundamental el aporte del ‘Cuiqui’ Carranza. Tuvo participación directa en cada situación de riesgo que creó Gimnasia y fundamentalmente la categoría para marcar en un momento en el cual las papas parecían quemar.
El juego asociado estuvo ausente pero si se presentó el oportunismo muchas veces ajeno en otras buenas producciones que no encontraron premio alguno. Pero como dijo el propio Labruna tras el encuentro, en este momento no importa el cómo sino el resultado final.
En la desesperación de Unión por buscar la victoria, el Lobo encontró la llave para destrabar un juego de mucho peso. Desde lo anímico, el equipo recibió una bocanada de aire para inflar el pecho y encarar de la mejor manera los próximos compromisos. Dos victorias en fila, frente a rivales directo (la anterior ante Sportivo Belgrano) que no hacen más que elevar el entusiasmo y la ilusión de continuar en la B Nacional.
