El café es el perfecto acompañante de una charla, en cualquier desayuno o merienda, o bien para tomar después del almuerzo o la cena. Los tipos de café no se distinguen únicamente por su presentación: el modo en cómo preparamos la infusión es determinante, ya que influencia en el sabor y textura. Hay muchísimas variedades y formas de prepararlo. Hoy conoceremos algunas:
Exprés o Expreso. Quizás el más conocido de todos, su nombre refiere a su rápida preparación. Solo hay que pasar agua hirviendo por granos molidos de café durante 20 o 25 segundos. Se suele servir en tazas pequeñas, acorde a la cantidad de líquido.
Corto. No confundir con el cortado, pues no lleva leche. Esta infusión contiene únicamente 15ml de bebida, ¡menos de un sorbo!. En otros lugares se lo conoce como ristretto, piccolo o simplemente expresso corto.
Americano. También conocido como "café agudo", es una variación sencilla del expreso. El único componente extra es agua caliente: se debe poner tanta cantidad como café. Esto rebaja mucho el sabor, y lo deja más suave.
Café árabe. De sabores sorprendentes y exóticos. Se prepara un expreso, al que le agregarás un poco de cardamomo molido o canela. Puedes completarlo con un toque de azafrán.
Cortado. Uno de los más populares. Se sirve en taza pequeña y es bastante común que al pedirlo en un bar el mozo te pregunte cómo quieres la leche: fría, natural o caliente. En muchos de ellos te lo servirán con leche vaporizada, es la que otorga esa espuma tan deliciosa que caracteriza a este tipo de café.
Capuchino. De origen italiano, ha llegado a todas partes por su irresistible sabor y textura. Las proporciones adecuadas en taza son: 1/3 de café solo y 2/3 de leche espumada. Para conseguir su textura característica, es necesario que la mitad de la leche esté en forma de espuma. Se completa la mezcla con cacao o canela en polvo esparcida por la superficie.
Caffè Macchiatto. Conocido en España como café manchado, su nombre expresa la idea de manchar un expreso con un poco de leche. En algunos lugares lo denominan piccolo latte o expresso macchiato.
Café Crème. Es muy popular en Francia, pero sin embargo, un gran desconocido en el resto del mundo. Su composición es muy similar al cortado, pero se usa crema de leche en lugar leche, lo cual le da una textura y sabor completamente distintos.
Café Vienés. Su principal distintivo está en la sustitución de la leche, por otro ingrediente. En este caso, crema batida, que suele ir sobre un expreso normal o doble.
Café bombón. También se sustituye la leche por otro ingrediente: deliciosa leche condensada. Generalmente suele ponerse primero, para agregar la infusión después. Debido a su densidad, la leche quedará a bajo, mientras que el café queda arriba, generando dos capas muy distinguibles.
Café Irlandés. Esta variedad también podría ser catalogada perfectamente como un cóctel. Se trata de un expreso doble mezclado con whisky y tapado con una capa de crema montada.
El hermano mayor del cortado
El tradicional café con leche se sirve en taza grande de 200 ml; una mitad se llena con café y la otra con leche. Es una de las modalidades más populares y sus orígenes se remontan alrededor del siglo XVII. Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XIX que fue conocido globalmente gracias al escritor americano William Dean Howells, que lo nombró en uno de sus libros donde narraba un viaje por Italia.
-Caffè Latte: en italiano, aunque en países de habla inglesa también lo conocen con las variaciones caffelatte o caffellatte.
-Café au late: nombre que se le da en Francia.
-Coffee with milk: o únicamente Latte para los anglosajones.
-MilchKaffee: en Alemania y algunos países del este de Europa.
Fuente: https://mundodelcafe.es
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