Un buen aporte a la vitivinicultura y al turismo

El programa denominado “Bodegas abiertas” se trata de una buena iniciativa que favorece a las bodegas, pero también a otras actividades como la gastronomía, la hotelería y el comercio en general.

Un buen aporte a la vitivinicultura y al turismo

"Tener un restaurante en la bodega y un buen servicio de recepción de visitantes es una buena forma de fidelizar al cliente", señalaba tiempo atrás un importante bodeguero de Maipú, al explicar los motivos por los cuales las empresas han decidido ampliar la actividad y diversificarla, incorporando al turismo.

Esos aspectos han contribuido para que Mendoza logre ahora que el turismo sea una de las áreas que mayor aporte otorga a la economía provincial y que la trascendencia alcanzada haya superado las fronteras y sean miles los extranjeros que recorren diariamente las bodegas.

Si hubo algo que destacó a la actividad vitivinícola durante los últimos años fue el permanente afán de superación. Luego de décadas de transitar una meseta, aun a pesar de contar con un importante consumo per cápita, los industriales advirtieron que se sucedían aspectos que iban en detrimento del mercado interno, entre los cuales podrían mencionarse la modificación de hábitos de la población (ya no se almuerza en casa, por ejemplo) a lo que se sumó el ingreso de bebidas sustitutas, como la cerveza, las gaseosas, los jugos y el agua mineral.

Frente a ese panorama, la industria salió a ganar el mercado externo y para ello debió realizar importantes modificaciones, como la reconversión de viñedos hacia variedades más nobles, la incorporación de tecnología de punta en bodegas y la preparación de los enólogos e ingenieros agrónomos para terminar redondeando vinos de excelente calidad.

El trabajo dio los resultados esperados y la Argentina compite ahora entre los grandes del mundo en la actividad, aun a pesar de erróneas políticas económicas que hicieron perder competitividad a los caldos argentinos.

En su recorrido por el mundo, los empresarios locales observaron la importancia que en otros países se daba al enoturismo. Surgieron al unísono decisiones individuales y las bodegas se prepararon convenientemente para la recepción de visitantes. Pero no todo quedó allí: se acordó impulsar los denominados "caminos del vino", que unen a las bodegas de las diferentes zonas de la provincia y organizaron eventos como los de "Música clásica por los caminos del vino" y el Rally de las bodegas, entre otros, que congregan la atención de miles de mendocinos y de turistas.

Actualmente se está desarrollando, por quinto año consecutivo, el programa Bodegas abiertas, consistente en establecer que las empresas abran sus puertas a los visitantes, mediante un ticket que permite la visita de tres bodegas, en las que pueden degustar los mejores vinos y conocer también los viñedos aledaños.

La respuesta ha sido más que satisfactoria, con un aspecto llamativo: son más los turistas que los mendocinos los que participan de las visitas. Pero hay otros dos aspectos también interesantes. El primero de ellos, que lo recaudado irá destinado a un fin benéfico, brindando ayuda a los comedores universitarios. El restante, la determinación de la industria por contribuir a la iniciativa del Gobierno a favor del consumo responsable de vinos, a través del denominado "conductor designado".

Se trata de iniciativas que, si bien favorecen a la actividad en sí misma, también contribuyen a ampliar la oferta turística provincial, con el consiguiente "derrame" hacia la gastronomía, la hotelería y el comercio en general.

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