Por Fabián Galdi - fgaldi@losandes.com.ar
Una revolución del sentimiento futbolero genuino es la que se gestó de un lustro a esta parte - aproximadamente - en el imaginario del hincha argentino, más allá de la distinción de camisetas y de los intereses alrededor de un club en particular. Este final de 2015 encuentra a dos instituciones afirmadas en el corazón de su comunidad de origen, tanto en los casos de San Lorenzo con el retorno al barrio porteño de Boedo y de Godoy Cruz en relación al regreso a su hogar emblemático mendocino, el "Feliciano Gambarte". En sendos casos, motorizados por agrupaciones de hinchas sin otra pretensión que la de colaborar para que su respectivo sueño deje de ser una utopía y se convierta en realidad.
En igualdad de condiciones, los simpatizantes de ambas entidades emprendieron una cruzada a favor de un proyecto consensuado entre pares y en contra de la desesperanza corporizada en la mirada refractaria al cambio. En épocas en donde predominan las referencias mediáticas permanentes al barrabravismo mercenario, que se haya creado un espacio en el cual predomina el fervor militante de los aficionados es una de las noticias gratificantes que más debiéramos ver en los medios de comunicación dedicados al deporte. Y no sólo en lo testimonial del momento presente, sino también para crear conciencia de que no todo está perdido en el complejo universo que se genera por, para y desde el fútbol. Más ahora, cuando la máxima entidad futbolística mundial - la FIFA - se halla inmersa en un fabuloso escándalo internacional por sobornos, coimas y lavado de dinero.
En una dirección contraria, la dirigencia de Boca Juniors intenta llegar a una definición con respecto al futuro a mediano plazo de "La Bombonera", uno de los máximos símbolos con que cuenta el planeta fútbol. En este caso, a diferencia de los emprendimientos anteriores, no se trata de un proyecto surgido desde las bases, sino desde los dirigentes más reconocidos. Así, el presidente reelecto Daniel Angelici continúa con su cruzada a favor de construir otro estadio pero con capacidad para 90 mil espectadores. En tanto, las propuestas de José Beraldi y de Jorge Amor Ameal pasan por refaccionar el mítico escenario con el foco en ampliar la capacidad. Como no hubo gestación de la idea base desde el hincha xeneize, el actual mandatario del club de La Ribera planea lanzar un plebiscito durante 2016 para saber qué opina el simpatizante.
Cerca de 5 años atrás, los sanlorencistas hicieron catarsis cuando la idea del retorno a la barriada germinó a partir del impulso del historiador Adolfo Res, quien se convirtió en un gran referente para impulsar a la subcomisión del hincha rumbo al objetivo soñado. Poco después, el 8 de marzo de 2012, alrededor de cien mil personas identificadas con el sanlorencismo manifestaron en paz por el centro de la Ciudad de Buenos Aires reclamando el derecho a la restitución histórica de las tierras de Avenida La Plata, donde Carrefour había adquirido en 1985 el predio que antes ocupaba el estadio azulgrana, popularmente conocido como el "Gasómetro". Mauricio Macri, por entonces jefe de Gobierno de la CABA, supo que el movimiento tenía poco de azaroso o efímero, sino que estaba inserto en una política de crecimiento sin dique de contención que pudiera limitarlo.
A fines de 2012, los pasos se aceleraron conforme a dos movimientos en fila en el Legislativo porteño: una "declaración de beneplácito" primero y - sobre todo - la aprobación de la Ley de Restitución Histórica, que le dio el marco jurídico/político necesario al plan maestro; así, la firma del hipermercado francés se vio comprometida a negociar con la entidad sanlorencista para lograr una convivencia armónica en el lugar. Lo demás es historia reciente: desde que en 2014, luego de la obtención de la Copa Libertadores, la comisión directiva - encabezada por Matías Lammens y Marcelo Tinelli - aprobó que el nuevo estadio a construir se llamara "Papa Francisco", el 23 de diciembre pasado se llegó al histórico acuerdo con Carrefour, que aceptó la oferta hecha por San Lorenzo. En sólo 72 horas, los fanáticos aportaron casi 2 millones de pesos al fideicomiso. Otra señal de confianza y surgida desde el mismo origen de fidelización a la causa. Para 2019 se espera que el avance de la obra permita finalizar la obra.
El Tomba, en tanto, también contó con una subcomisión que progresivamente fue ganando peso y se fue metiendo debajo de la piel del hincha con el proyecto de recuperar el "Gambarte" como escenario para el fútbol de AFA, dejando - quizá - sólo los juegos contra los equipos grandes en el Malvinas. De la primera etapa, con la limpieza del predio, los planes se agigantaron conforme la respuesta del aficionado fue creciendo de manera considerable. El impulso del periodista Juan Suraci fue otra de las claves del éxito en la convocatoria al sentimiento "bodeguero". Además de él, otros miembros del grupo de apoyo, tales como Marcelo Espina, Fernando Muñoz, José Luis Valdemoros, Ricardo Marioti, Ricardo Baldini y Ricardo Schimtt asoman como la conducción de un sueño cada vez más factible de consumarse. La reciente subasta, en la que colaboraron ex jugadores donando indumentaria deportiva, tales como Sebastián Torrico, Nelson Ibañez y Ariel Rojas, fue otro punto a favor. Y hasta se dio un hecho de un fuerte contenido simbólico: los hinchas que compraron la camiseta de Olmedo y los botines de Torrico tomaron la decisión de donarlas para que volvieran a ser subastadas.
Con movilizaciones eyectadas desde el amor por los colores, hubo actos convocantes en el club Municipal con un festival musical a lo largo de una jornada, además de un partido para recuadar fondos protagonizados por viejas glorias, como Diego Pozo, Alejandro Abaurre, Rubén Almeida, Rafael Iglesias, Daniel "Tanque" Giménez, Mariano Torresi, Silvio Duarte, Leandro Caruso y David Fernández, entre otros, y otro amistoso organizado contra Gimnasia. Así, la base de captación se cuantificó a escala progresiva.
Inclusive, el apoyo gubernamental fue fundamental: la Municipalidad de Godoy Cruz y el gobierno de Mendoza declararon a la movida como de interés provincial. Con los primeros trabajos de refacción ya concluídos, el gran sueño tombino es que la casa quede lista para albergar a 25 mil espectadores, en vez de la capacidad para 14 mil con la que cuenta ahora. En este 2016 que se avecina caben esperarse logros que confirmen la tendencia en alza sobre la cruzada tombina.
Crecer desde la base sigue siendo la consigna que no sabe de distancias, al punto que hoy hermana a causas como la sanlorencista y la tombina puestas a ganar espacio a través de proyectos propios. El pergeñado en Boca, en cambio, aún sigue en estado difuso y muy probablemente necesite del plebiscito popular para tomar la decisión. El planeta fútbol, mientras, sigue siendo generoso: en su territorio hay lugar para todo, menos para la resignación.