Un barrio que sale adelante gracias a su gente

Los pobladores del Viñas de Vistalba destacan la unión entre ellos desde hace16 años para lograr mejoras urbanas, de seguridad y servicios.

Un barrio  que sale adelante gracias a su gente

Si la casa es el lugar donde uno establece el "nido", el barrio es el ámbito donde se desarrolla la vida puertas afuera, el plano público con el que se interactúa. De las comodidades que ofrezca y las falencias que tenga dependerá en gran medida que la vida cotidiana se aliviane o se complique. Sus calles y espacios verdes son el espacio donde los hijos crecen y se encuentran amigos, vecinos solidarios que están cerca ante cualquier necesidad.

Atentos a esto, los vecinos del barrio Viñas de Vistalba de Luján  han logrado no sólo conformar su Unión Vecinal sino hacerla fuerte gracias a lo cual han tenido logros para mejorar la calidad de vida allí.

La entidad se conformó desde "el primer día del barrio" , allá por el año 2000 ya que hubo incumplimientos por parte de la cooperativa que lo construyó y se vieron en la necesidad de organizarse. "Pareciera que nos hubieran elegido porque es toda gente muy colaboradora", destacó Eduardo Moreno, su presidente.

En 2003 lograron la personería jurídica de un barrio grande, que tiene 237 casas.

"No es fácil ponerse de acuerdo, porque son 237 ideas diferentes", señaló mientras acomodaba unas mesas y sillas para recibir a Los Andes en el quincho de su casa. "Este es nuestro centro de operaciones", cuenta, donde se realizan las asambleas ordinarias de los 14 miembros que conforman la comisión directiva.

"Somos muy unidos", destacó Alejandra Cornejo, quien es  vocal. Ella misma junto a otros miembros se ha tomado el trabajo de ir casa por casa para hablar con las familias cuando hay algún proyecto que requiere organización. No es fácil lograr la adhesión generalizada pero a la larga suelen tener suerte. "Reaccionan cuando se ven con algún problema encima, entonces sí van a las reuniones", dijo.

Logros

Haber podido organizarse, ponerle entusiasmo y el esfuerzo mancomunado ha tenido sus frutos. "Se ha logrado concretar cosas que debería haber hecho el municipio", dijo Héctor Vargas, vocal titular. En muchos casos han  ido con la propuesta a la comuna y se han dividido las tareas y costos. Tal fue el caso de los badenes para cuya construcción el municipio aportó la mano de obra y la Unión Vecinal el cemento.

La plaza del barrio también la consideran un logro vecinal. Es que se hizo en un lote que es propiedad del municipio y había quedado sin uso. Por eso decidieron transformarla en un espacio compartido. Actualmente tiene juegos y aparatos para hacer ejercicio y recibe la visita de personas de los barrios aledaños.

Pero algo de lo que están muy orgullosos y todos mencionan es la alarma comunitaria, la cual surgió como una necesidad ante el aumento de la inseguridad. Fue instalada por ellos mismos gracias al aporte fundamental de dos de los habitantes del lugar. Los jóvenes Romina Méndez y Leandro Videla son profesores de un taller de robótica en la escuela técnica Gabriel Dalmasso donde con la colaboración de los alumnos las construyeron y las donaron, según ellos mismos relataron.

Pero no fue la única estrategia. Confeccionaron por cuadra una lista con los teléfonos de los vecinos y los contactos de la comisaría. Como los tiempos que corren imponen se conformó un grupo de Whatsapp a través del cual  se van informando cuando ven algún movimiento sospechoso.

Una parte del barrio colinda con un zanjón, además de ser peligroso favorecía que muchas carretelas tiraran la basura allí. Por eso, entre varios cercaron esa zona para impedir el acceso.

Para el día del Niño se reúnen en la plaza, se hacen sorteos y se comparte comida que consigue la Unión Vecinal, una oportunidad de disfrute y encuentro según relatan.

Proyectos

Pero además tienen la mirada puesta en futuro y no paran de pensar en las necesidades que tienen sin resolver, por eso tienen varios objetivos y proyectos en carpeta y ya se están arremangando para lograr concretarlos. Pese a que el barrio tiene casi 17 años aún quedan muchas cosas por hacer.

La única salida hacia Luján es sobre el zanjón que está en calle Chile. En un comienzo se había hecho un puente con espacio para un sólo vehículo. A fuerza de reclamos lograron el segundo. Sin embargo éste tiene un veredín muy angosto para quienes caminan por allí, por lo que si se lleva un coche de bebé o una silla de ruedas debe irse por la calle. Incluso grupos de niños transitan por allí, con el consiguiente riesgo de accidente.

Mejorar el tránsito peatonal en este sitio es uno de los principales objetivos.

Pero otro grave problema que tienen es que no hay línea de colectivo que circule dentro del barrio pese a que el control de la línea 1 está a pocas cuadras. "Para tomar un colectivo hay que caminar unas 12 cuadras y las chicas que vienen tarde de la escuela o la facultad muchas veces han estado en riesgo de robo o ataques porque hay que caminar por el costado del canal", relató Victoria Tello, una de las vecinas.

Agregó que otro problema que tienen en el sector del barrio donde vive (identificado como segunda etapa) es que no han logrado escriturar las casas porque falta parte de la urbanización que debería haber hecho originalmente la cooperativa. Esto pese a que hace 15 años que vive allí y que según contaron los directivos de la entidad, 99% de los vecinos está al día con el IPV.

Las claves

- Ingreso de línea de colectivo
- Cierre de uno de los laterales de la plaza cercano al zanjón para evitar accidentes
- Escrituras
- Construcción de una gruta en la plaza
- Relleno de badenes que por el desgaste quedaron muy profundos
- Regulación del tránsito sobre calle Chile para facilitar ingreso y egreso del barrio

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