El interior de este entorno parece de otro mundo, cubierto por una bóveda de huesos, el bar-museo de H. R. Giger te transporta dentro de una extraña y gigantesca criatura fosilizada. Sin embargo, las sillas, mesas y jeroglíficos tallados en el suelo parecen más propios de una lejana civilización del futuro o un asentamiento alienígena de sospechosas intenciones. Y es que cada detalle esta llevado al máximo para envolver al visitante en un angustioso decorado con un estilo característico que hizo famoso al diseñador de tal escalofriante "antro" en películas como “Alien, el octavo pasajero”.
El artista ha reformado el interior de un castillo de 400 años en lo alto de una colina de la pintoresca ciudad de Gruyères (Suiza), con una estructura laberíntica y paredes de dos metros de espesor es el culmen del trabajo de un artista con más de 40 años de experiencia creando las más aterradoras criaturas y decorados.
El bar fue inaugurado el 12 de abril del 2003 tras cuatro años de trabajo en los cuales el propio artista se involucró al máximo, creando con sus propias manos muchas de las estructuras. De este modo se aseguró que el éxito del bar estuviese garantizado, ya que anteriormente, dos proyectos en Tokio (Japón) y New York (Estados Unidos) fueron cerrados por falta de éxito.
Actualmente, sólo quedan dos bares-museo de Giger abiertos en el mundo. El que te mostramos y uno más en Chur la ciudad natal del artista, también en Suiza.
En el bar H. R. Giger, se han cuidado todos los detalles. Extravagantes decoraciones para películas, cuadros, esculturas y muebles. Aquí, podés disfrutar de un trago bajo una bóveda hecha con imitaciones de huesos y ante estanterías repletas de calaveras. Una rocambolesca experiencia acorde al espíritu de este artista fallecido en 2014.