Un antiguo mercado de Bangkok, que había sido arrasado por el fuego, ha sido convertido en un original espacio comunitario a medio camino entre una biblioteca y un local socio cultural en el que tanto niños como mayores pueden disfrutar de los libros y de las actividades que allí se organizan. Lo genial no es sólo la idea en sí misma, sino el modo en el que se ha llevado a cabo y, sobre todo, el resultado.
La mayor parte de los materiales que se han utilizado son reciclados: las maderas, las cajas… incluso botellas que sirven de lámparas. Y con ello han conseguido crear un ambiente único, lleno de encanto underground y que invita a quedarse allí un rato ojeando una revista o simplemente charlando con los amigos o jugando con los niños.
En el proyecto trabajó el estudio de arquitectura Case, pero también unos estudiantes noruegos). Ee nota esa combinación de lo europeo con lo asiático, que contribuye a hacer aún más especial este lugar.
Las columnas inclinadas que ayudan a sostener las vigas del techo configuran la zona de asientos. Un sillón entre columna y columna. Así se logra un espacio diáfano pero perfectamente delimitado. Los asientos son muy asiáticos, a nivel del suelo y con textiles propios de la zona. Las estanterías, en cambio, ya son otra cosa. Antiguas cajas de madera se han pintado y colgado en vertical de la pared para guardar en ellas los libros y otro tipo de objetos que sirven de adorno y aportan personalidad.
El espacio tiene dos pisos y múltiples ambientes, incluso terrazas, de modo que hay muchos rincones en los que realizar actividades en pequeños grupos.