José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
Las preocupaciones que pudo tener Alfredo Cornejo antes de la Cumbre del Mercosur deben haber quedado superadas ampliamente. Los resultados para Mendoza fueron auspiciosos si se toman en cuenta las conclusiones del encuentro en lo meramente económico.
Habrá que ver, como ya se señaló desde las páginas de Los Andes en la edición de ayer, si se concretan avances en cuanto a la relación de la región con la Unión Europea y con la Alianza del Pacífico o si sólo se trató, una vez más, de meras expresiones de buenos augurios.
El Gobernador no pudo evitar soportar estrés, según admitió en declaraciones periodísticas efectuadas a medios de circulación nacional, pero al final de las maratónicas jornadas sí estuvo en condiciones de mostrar y mostrarse. Mostrar una provincia apetecible en lo comercial, en virtud del potencial de su producción y la demanda de la misma, y mostrarse como buen anfitrión y como figura política de vuelo propio y relevancia en el plano nacional. Por algo fue invitado a participar de la foto de los presidentes de la región sobre el final de la Cumbre.
Pero, fiel a su polémico estilo Cornejo no se privó de definiciones fuertes. Entre las apreciaciones periodísticas que hizo al ser consultado por medios nacionales e internacionales, Cornejo generó repercusión cuando dijo que el gobierno de Macri es de transición, aunque “quizá no le guste al Presidente”. Claro, al sostener luego que, según su criterio, nos encontramos en una Argentina en transición, se desprende que considera que su gobierno también lo es.
Al respecto, explicó en la misma nota Cornejo que la Argentina se encuentra en una etapa de transformación. “De una Argentina vieja, de instituciones políticas y económicas no sólidas que no termina de morir, a una nueva con instituciones económicas y políticas fuertes que no termina de nacer”. A esa transición se refirió el Gobernador con sus declaraciones y por eso cabe interpretar que en ese mismo marco se encuentra su propia gestión, ya que dice y reitera a diario que es un convencido de que el derrotero elegido por Macri es el correcto. En el
Pero nadie se molestó ni interpretó de otra manera lo dicho. “Macri puede encabezar una transición y tranquilamente ser dentro de dos años otra vez presidente”, dijo un macrista de muy buen trato con Cornejo.
Muchos se preguntan si el protagonismo de Cornejo le asegura un posicionamiento importante a nivel nacional. En realidad, su ubicación entre los dirigentes más destacados ya lo tiene por ser uno de los gobernadores más confiables para Macri y, por ende, por generar hechos que trascienden más allá de los límites de su provincia.
De todos modos, fuentes del radicalismo aseguran que el Gobernador por estos días prefiere no hablar tanto de su proyección o de su futuro en la carrera política. Lo que más interesa al mandatario es seguir cuidando la gestión local y tratar de que en las elecciones legislativas el voto popular asegure su liderazgo. Por eso en sus conversaciones con los periodistas en la semana habló de su interés en que la ciudadanía “tome posición a favor del gobierno”. Acentúa la idea de que la elección de octubre sea vista “como un plebiscito” de sus casi dos años al frente de la Provincia. E incluyó en ese pedido de apoyo ciudadano al gobierno nacional, “porque está haciendo un esfuerzo por construir una economía más sana, lo que beneficia a Mendoza”.
Dicen los corrillos radicales que hoy la prioridad de Cornejo es, además de priorizar la gestión, aceitar los mecanismos para poder retirarse del gobierno en 2019 con la provincia ordenada, como se propuso desde el primer momento, y con una consideración popular alta. Orden administrativo y prestigio personal como dirigente político por encima de cualquier especulación sobre cargo público para cuando ya no sea gobernador.
El tiempo y las circunstancias políticas dirán si su futuro inmediato pasa por un cargo nacional en un eventual nuevo gobierno de Cambiemos o si su plafón le abre la posibilidad de aspirar a compartir una fórmula presidencial, también con el macrismo.
No habría que descartar, dicen algunos, que si los números de las PASO son muy favorables (algunas encuestas le dan hoy varios puntos porcentuales de ventaja al oficialismo) entre las primarias y las generales de octubre haya alguna aproximación para una nueva intentona de reforma de la Constitución, con posibilidad de reelección incluida. Es coherente la suposición, ya que el propio Gobernador admitió ante cercanos dirigentes hace algunos meses, cuando el justicialismo oficializó su rechazo a la reforma, que cabía la posibilidad de intentar de nuevo en la segunda parte de su mandato.
El prolijo acto partidario del viernes en la Federación de Box sirvió para ratificar la sintonía entre el macrismo nacional y el radicalismo conducido por Cornejo. La realización del evento, obviamente, tuvo mucho que ver con el aprovechamiento del montaje de la Cumbre del Mercosur, lo quedó reflejado, sobre todo, en el estricto control para el acceso que realizaron organismos de seguridad nacionales. Si nada había fallado en cuanto a la seguridad del encuentro de presidentes, por qué no asegurar que nadie intentara alterar el acto partidario.
Se vio como algo lógico que Macri aprovechara su presencia en Mendoza para presidir un acto partidario con el pretexto de presentar oficialmente a los precandidatos de Cambiemos para las PASO. Si bien los consejos de los asesores de imagen y de campaña mandan a Macri y los suyos a priorizar el contacto con la gente, timbreos mediante, hay casos en los que también en el Pro escuchan a los que recomiendan salir a hacer política con convocatorias como la del viernes. La inquietud por la estratégica elección bonaerense, con Cristina Kirchner bien posicionada según casi todas las encuestas, y la posible repercusión de esa realidad en otras provincias dio sustento a lo que se vio aquí.