Si la historia la hubiese escrito Gabriel García Márquez, tranquilamente se podría haber titulado "El amor en los tiempos del coronavirus". El increíble gesto de amor que Nick Avtges, de 88 años, realizó para ver a su esposa Marion, de 85, que se encuentra en cuarentena en un geriátrico de Waltham, cerca de Boston, es una delas tantas muestra de cómo han tenido que reinventarse las relaciones a causa de la pandemia.
El hombre estadounidense se subió alrededor de diez metros con una grúa para llegar a la ventana de la habitación en la que su amada está cumnpliendo el aislamiento, según publicó Clarín.
La pareja lleva 61 años juntos, pero desde hace un tiempo la mujer fue internada en la residencia donde le proporcionan todos los cuidados médicos que requiere. Él vivía en su casa, pero se pasaba todo el día con ella. "Generalmente estoy allí todos los días desde las 10 en punto de la mañana hasta las 19, que ya no permiten visitas", dijo.
Por eso, cuando el pasado 14 de marzo el geriátrico fue aislado para prevenir el contagio, Nick recibió un duro golpe. Ante la angustia de no poder a la mujer de su vida, su familia planeó una arriesgada estrategia para que pudieran encontrarse por algunos minutos.
El miércoles pasado, la familia llegó con un manlift (una especie de grúa utilizada generalmente para trabajos de altura) y lo ubicó en el patio, cerca de la habitación de Marion. El vehículo fue prestado por un amigo de Chris, uno de los cuatro hijos que tuvo el matrimonio en las seis décadas que llevan juntos.
Al conocer la idea de sus hijos, Nick "comenzó a llorar, estaba impresionado con lo que estábamos tratando de armar", contó Chris. Minutos antes de subir el hombre estaba "ansioso, como un niño en Navidad" y no era para menos.
Para concretar el encuentro, que duró poco más de 20 minutos, el anciano se preparó con máscara facial y guantes. Y así escaló con la grúa tres pisos hasta el cuarto de su esposa con un cartel en la mano que decía "Te amo, cariño".
"Cuando llegué allí, mi esposa dijo 'es peligroso vuelve a bajar'. Le pregunté a Marion, '¿cuánto me amas?' y ella dijo: 'más de lo que jamás podrías imaginar'", dijo el enamorado.
Nick contó que "nos tocamos las manos a través de la ventana. Las yemas de nuestros dedos se tocaron. Hemos estado casados por 61 años, y hoy nos amamos tanto como cuando nos conocimos". Al bajar, totalmente emocionado, reconoció: "hubiera subido 10 pisos. No me hubiera importado".
Marion y Nick se conocieron en 1959 y desde el primer momento él reconoció que ella era la indicada. "Fue amor a primera vista. El resto es historia". Así iniciaron toda una vida juntos en Watertown, donde criaron a cuatro hijos: Suzanne, Michael, Nick Jr y Chris.
En 1998 el matrimonio sufrió su golpe más duro: perdieron a su hijo Michael, una estrella del fútbol en la escuela secundaria y la universidad, a causa de la leucemia. Desde ese momento prometieron no separarse ni un minuto, algo que cumplen pese a la pandemia.