Un agente penitenciario salvó a un nene y juntos fueron a recibir el reconocimiento

La emotiva historia se viralizó en las redes sociales. Ahora los dos son amigos entrañables.

Un agente penitenciario salvó a un nene y juntos fueron a recibir el reconocimiento
Un agente penitenciario salvó a un nene y juntos fueron a recibir el reconocimiento

Un agente penitenciario de la provincia de Mendoza fue reconocido el pasado 16 de julio por su heroica intervención durante un incidente doméstico, cuando un nene de dos años cayó accidentalmente a la pileta de su casa y casi pierde la vida ahogado. En ese momento una de las personas que llegó al lugar fue Juan Magallanes (32), quien junto a otro hombre hicieron las maniobras de RCP sobre el pequeño logrando salvarle la vida.

En el homenaje en que se reconoció el accionar de éste y otros agentes penitenciarios estaba presente el pequeño, que un año antes se debatía entre la vida y la muerte en las manos de Juan, su nuevo héroe.

Premio reconocimiento a mi hermano héroe Juan Magallanes!!! 💪🏻💪🏻💪🏻💪🏻

Posted by Miguel Magallanes on Tuesday, July 16, 2019

La historia del rescate que los unió para siempre

Es el 6 de agosto de 2018. Suena el celular. Del otro lado un hombre desesperado pide auxilio porque un nene se había caído a una pileta y aparentemente no tenía signos vitales. El sujeto que llamaba estaba desesperado pero sabía muy bien que ante una situación así el único que podía ayudarlo era su hermano, porque conocía las maniobras de RCP y está preparado para estas situaciones.

Juan corta el teléfono y se sube a su auto para transitar con premura las casi tres cuadras que separan la casa de su papá de la de su hermano Julián, quien acaba de avisarle del accidente. Así comenzó la dramática historia que unió las vidas de Juan, un agente penitenciario de Almafuerte y Thiago, un nene de tres años de Godoy Cruz.

“Cuando estaba terminando de almorzar recibí un llamado de mi hermano que entre lágrimas y desesperación me decía que frente a su casa había un nene que se estaba ahogando. Salí urgente en mi auto y cuando llegué al lugar me di cuenta cuál era la casa porque escuché los gritos de la tía de la criatura. Yo estaba en medio de la calle pero alguien me agarró la mano y me empujó hacia adentro de la casa: era mi hermano que me arrastraba al lugar del hecho”, recuerda Juan.

“Al entrar vi al nene tirado en el suelo al lado de una pileta. Estaba pálido y con la panza muy hinchada. Al lado de él había otra persona que intentaba realizar las maniobras de RCP, pero las hacía con una fuerza inapropiada para un niño. Entonces intenté calmarlo para que lo hiciera más suave, mientras yo le efectuaba respiración boca a boca”, relató.

La tensión en el lugar era máxima: alrededor del pequeño estaba su mamá y otros familiares que gritaban desesperados ante el panorama que parecía trágico. Además la escena parecía moverse en una interminable cámara lenta: "Sentía ruidos, gritos y movimientos, y de repente todo era silencio. Algunas personas decían a mis espaldas que estaba muerto pero yo recordé a mi mamá –fallecida hace nueve años- y empecé a rezarle: le pedía que no me dejara solo en ese momento, que no se me muriera esa criatura, le pedía por favor que me ayudara en esta situación. También empecé a escuchar a la gente a mi alrededor que rezaba", contó Juan con la voz quebradiza.

Así, en medio de las maniobras, "el pequeño empezó a vomitar mucha agua y comida que tenía en su panza. Cuando escuché a sus familiares gritar el nombre del nene yo empecé a llamarlo, le decía '¡vamos Thiaguito!'".


Juan y Thiago van de la mano a recibir el reconocimiento para el agente penitenciario. | Imagen: Facebook
Juan y Thiago van de la mano a recibir el reconocimiento para el agente penitenciario. | Imagen: Facebook

Al lugar acudió una patrulla de la policía, pero según el relato del protagonista ellos no intervinieron porque por protocolo las maniobras de RCP no pueden interrumpirse. Luego llegó una ambulancia y tampoco pudieron intervenir.

De pronto, la carita del nene empezó a tomar color rosado. "Ahí empecé a darle ánimo a la persona que me estaba ayudando para que no aflojara y repentinamente cambió de color a un rosado más intenso y le dije al hombre '¡ya lo tenemos, ya lo tenemos!'", detalló emocionado.

Tras la asistencia brindada por estos dos héroes, llegó al lugar una ambulancia con otros equipos que hicieron posible el traslado al hospital. Tras unos minutos, y luego de que la situación caótica se calmó, Juan miró a su alrededor y notó que había quedado solo en la escena del accidente. Únicamente lo acompañaba un policía que sólo atinó a abrazarlo ante la emoción.

Luego de varios días recibió la feliz noticia que el nene estaba bien y no presentaba secuelas, tras lo cual pudo visitarlo en el hospital, de donde nació la amistad que los une hasta hoy. Allí se enteró que el papá del nene –también llamado Juan- había fallecido hacía un año y que el accidente que casi le cuesta la vida se desencadenó cuando el perro de la familia empujó sin querer al pequeño hacia la pileta.

Hoy, a un par de días de cumplirse un año del momento que cambió la vida del agente y del pequeño, Juan reflexiona: "Ese día se dio una serie de eventos que condujeron  a la salvación del nene, las llamadas, los rezos, los paramédicos, los médicos. Héroes tenemos que ser todos. Uno se hace problema por cosas que no tienen sentido y creo que mi mamá me dio una mano gigante para estar tranquilo en ese momento".

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