Con mucha pena y nada de gloria. A contramano de esos capítulos con páginas doradas que Godoy Cruz supo escribir en la historia reciente en Primera División, este 2015 está signado por el compendio de desprolijidades que fue enarbolando a lo largo de la temporada.
Realmente, existen pocas aristas para destacar. En lo deportivo, con uno de los planteles más jóvenes del fútbol argentino, jamás logró integrar un proyecto y no sólo quedó prematuramente eliminado de la Copa Argentina sino que jamás pudo encontrar la regularidad deseada. Como resultado de ello, en las últimas dos fechas dilapidó la chance de clasificar a la Liguilla Pre Sudamericana,
En ese sentido, quizá los aspectos más destacados pasen por la brillante aparición de Leandro Fernández, autor de 15 de los 32 goles del Tomba en el torneo. También por la consolidación de Fernando Zuqui, quien a principio de año recibió la cinta de capitán y se afianzó a tal punto que terminó jugando 29 de los 30 encuentros del Expreso (sólo faltó en el duelo ante Unión en Santa Fe).
Por otra parte, es imposible obviar la gestación de una camada de juveniles que hicieron su debut en Primera de la mano de Oldrá (ver aparte). Entre ellos, hubo un debut, que sin ser un valor de la cantera, se hizo dueño del buzo de arquero con total suficiencia: Rodrigo Rey.
Atrás quedó un año realmente para el olvido, manchado por los hechos de violencia que le valieron a la institución un desembolso en multas económicas que asciende al millón y medio de pesos (ver aparte). Una temporada en la que se despidió a un DT al que se había convencido para continuar a principio de año para traer a otro sin título que estuvo ocho partidos sin poder ejercer su función desde adentro del campo de juego.
Se va un 2015 en el que dejó libre a Federico Lértora (por el que en su momento había pagado un millón de dólares) por un conflicto contractual. Le pone punto final a un año en el que se le rescindió contrato a una promesa como Kevin Mercado por reaccionar a la provocación de Fernández y aplicarle un feroz golpe de puño en una práctica. Termina el año en el que Ayoví estuvo más afuera que adentro. A Dios gracias, culmina el peor año de los últimos tiempos.
La barra le hizo perder un millón y medio
El balance es negativo por donde se lo mire. Tanto en lo deportivo como en lo institucional, durante este 2015, el Tomba no paró de ser noticia... pero por cuestiones negativas. Y una de ellas fue el accionar de los inadaptados desde el mismo día en el que comenzó el torneo. En el clásico ante San Martín de San Juan encendieron bengalas y arrojaron proyectiles.
La multa fue de 300 entradas por 4 partidos ($ 120 mil). Ante Lanús, el masajista visitante fue golpeado con un rollo de papel, que determinó una cirugía por desprendimiento de retina. La multa: 500 entradas por 6 juegos ($ 360 mil).
Debido a ello, contra Independiente jugó a puertas cerradas. La pérdida económica superó los $ 700 mil. Finalmente, ante Racing, destrozaron uno de los baños del estadio y la mampostería fue usada para arrojar al campo de juego. La sanción fue de 500 entradas durante siete partidos ($420 mil). Total: 1,6 millones.