Una familia mendocina pide ayuda a la comunidad ya que vive momentos angustiantes debido a que las restricciones de la cuarentena impiden que Uma, una nena de 11 años con parálisis cerebral, pueda regresar a Chile donde estaba realizando su rehabilitación. A esto se suma que los recursos de sus padres se agotan y las posibilidades de trabajar son cada vez más escasos.
La particular historia de la familia malargüina integrada por Carlos Otero (44), su mujer Micaela y sus hijos Tomás, Uma y Milo en realidad parecen mil historias contenidas en una sola. O más bien se trata de un acontecimiento central que los movilizó a todos y que los llevó de vender comida en la vía pública hasta cruzar la cordillera para recibir en Chile la ayuda médica que tanto necesitaba uno de los pequeños de la familia.
Todo comenzó hace casi 11 años
Uma nació hace once años y al poco tiempo de haber llegado a este mundo dio algunos indicios de que algo no andaba bien. A problemas que sufrió en uno de sus ojos con el tiempo se le sumó el de caminar en puntas de pie. Luego una tomografía computada revelaría el difícil diagnóstico: parálisis cerebral, más precisamente una diplejía espástica que afectó la movilidad de los miembros inferiores.
"Desde ahí empezó todo", señala Carlos a Los Andes. Como la obra social no cubría los tratamientos, la familia debió buscar recursos de todos lados: como él es chef empezó a vender comida en la vía pública y luego a los negocios de la zona. De a poco comenzaron a mejorar económicamente y afrontaron los gastos médicos que se acumulaban.
Sin embargo los vaivenes económicos hicieron que cerrara los locales de comidas que habían abierto. A esto se le sumó nuevamente las trabas con la obra social por los tratamientos de Uma y afrontar gastos como equinoterapia, hidroterapia, neurólogos y otros profesionales fue imposible.
En este contexto fue que uno de los médicos que atendían a la pequeña le sugirió la idea de probar surte con la Teletón chilena, el programa de ayuda solidaria para personas con problemas de salud y escasos recursos económicos.
También fue la propia Uma quien, involuntariamente, les hizo ver la importancia de no bajar los brazos: "Una noche encontramos una nota debajo de la almohada de nuestra hija que decía 'Papá Noel no quiero regalos, lo único que quiero es curarme de mis piernitas'. Eso nos sirvió a mí para reactivarnos y encontrar soluciones", relató Carlos.
Luego de ese 'cachetazo' la pareja se puso en contacto con un pariente del otro lado de la cordillera, quien lo recibiría y lo acompañaría hasta la sede de la Teletón para hacer todas las averiguaciones y acceder alos programas de rehabilitación.
La odisea de empezar de nuevo en Chile
Carlos llegó a Chile a fines de 2018 y automáticamente consultó los requisitos para que Uma forme parte del programa solidario: "Necesitábamos demostrar el grado de discapacidad, las necesidades y una derivación del médico que la atendía en Mendoza. Le pedí todo a mi mujer que estaba en Malargüe y a principios de marzo de 2019 nos estaban esperando para comenzar los tratamientos. Yo mientras tanto me dediqué a buscar trabajo en Chile para solventar gastos y tuve la suerte de establecer buenos contactos a partir de mi profesión", relató el chef.
La situación exigía sacrificios duros, pero la recuperación de la nena no podía esperar: los Otero quedaron divididos y solo se contactaban a través de videollamadas, ya que Carlos y Uma empezaron de cero en Chile, mientras que Micaela con sus otros dos hijos aguardaron en Malargüe la recuperación de la pequeña. Pero una vez más salieron.
Carlos consiguió trabajo y Uma asistió pudo asistir a más de 70 turnos, entre sesiones de rehabilitación y consultas médicas. Sus jornadas de rehabilitación transcurrieron entre hidroterapia, musicoterapia y otras técnicas que abordaron su caso de forma integral. Además pudo retomar el colegio allá, con lo cual los cambios en su cuerpito fueron asombrosos.
Entre el estallido social y el asilamiento por la cuarentena
Cuando el cuadro clínico de Uma mostraba mejoras a pasos agigantados y su familia se estabilizaba a un lado y otro de la cordillera, el estallido social que tomó por sorpresa a Chile a mediados de octubre pasado supuso una piedra en el camino para los Otero: la violencia en las calles obligó a que se restringiera la atención de la Teletón y la mayoría de los pacientes –entre ellos la pequeña malargüina- tuvieron que sufrir reprogramaciones en sus turnos.
La nena mendocina recibiría la atención que quedó pendiente a fines de 2019 durante los primeros meses de 2020. Eso posibilitó que tanto padre como hija regresaran al país y viajaran a Buenos Aires para realizar otro tratamiento. Sin embargo un nuevo obstáculo apareció en el horizonte: la pandemia del coronavirus avanzó a una velocidad inusitada y las restricciones cundieron por todos lados.
Apenas volvieron a Malargüe desde Capital Federal se decretó la cuarentena obligatoria y la familia Otero –como tantas otras- se vieron obligadas al confinamiento y con escasos recursos. "Tuvimos que volver a hacer comida, pero ahora no podemos salir a venderla a la calle. Los recursos se nos acaban y necesitamos dinero para Uma, porque cuando tengamos que regresar a Chile vamos a tener que alquilar y tampoco tenemos para el viaje. No nos gusta pedir pero es un momento difícil", comentó Carlos muy angustiado ya que cualquier contratiempo que impida vovlver a las terapias significaría un gran retroceso para la nena: "Si ella para su tratamiento, su cuerpo se empieza a encoger. Ese es el problema".
Conquistaron Chile
Así Uma se transformó en un símbolo de lucha y perseverancia, acá y en Chile. En el último especial que se realizó el fin de semana pasado, la transmisión emitió un video que resume la todo el sacrificio de los mendocinos para ayudar a la pequeña.
Tal impacto generó que, como lo señaló el propio Carlos, desde la producción del programa le enviaron hasta Malargüe una tablet para la nena pueda continuar con la rehabilitación a través de videollamadas. Además, confesó que la edición 2020 de dicho programa iba a tener una impronta más 'nacionalista', es decir que se iba a enfocar en casos locales.
Pero la conmovedora historia de los Otero caló hondo en los trasandinos y en las redes sociales se dispararon las reproducciones, likes y comentarios de apoyo.
Quienes quieran colaborar con la familia Otero, pueden hacerlo a través de las siguientes cuentas:
Cuenta de Chile - Banco Estado Cuenta RUT N° 21903298-6
Cuenta de Argentina - Banco Nación Cuenta N° 23303481369859
CBU 0110318730034813698597