Tenía 18 años cuando un coach estadounidense vino a verlo y decidió llevárselo. "Yo había planificado, desde chico, jugar en los Estados Unidos, porque sabía que podía ser la puerta para llegar a ser profesional", contaba en ese momento. Se fue con todas las esperanzas en el raquetero y ya no volvió, lo que se esperaba porque sus condiciones hacían preveer un futuro venturoso. Hay que recordar que a los 16 años ya había conseguido puntos de ATP y asomaba como una de las grandes esperanzas del tenis mendocino.
Para quienes recuerdan su juego defendiendo los colores del Andino Tenis Club es un orgullo saber que Federico Ueltschi se ha convertido en embajador de nuestro tenis y, específicamente, de nuestro tenis.
Quien fuera pupilo de Pablo Vergara acaba de ser incorporado al Salón de la Fama del Estado de Montana, Estados Unidos, donde Fede hizo su carrera universitaria y se destacó como tenista.
Si uno ingresa a la página de la Universidad puede leer que: "para el Comité del Salón de la fama fue una obviedad. Una rápida mirada al currículum de juego de Federico Ueltschi es la prueba de que fue el mejor tenista masculino de la historia que pisó las canchas del Bobcat-Anderson Tennis Center".
Fede es un chico con un corazón enorme, que nunca olvidó sus raíces y eso también se valora no sólo acá sino también en los Estados Unidos.
De hecho, para llegar a ser incorporado al Salón de la Fama, un atleta tiene ser postulado y deben pasar diez años desde su graduación. "Los candidatos deben considerarse principalmente en función de su desempeño mientras están en la MSU(Montana State University), y secundariamente por sus contribuciones a Bobcat (cómo se llama el equipo deportivo de la casa de estudios) y la sociedad después de abandonar la MSU", establece el reglamento.
"Federico representa lo que cualquier equipo o universidad pediría en un Salón de la Fama", dijo Mike Phillips, su entrenador en aquella épocas de triunfos. "Era un estudiante sobresaliente en la Facultad de Negocios. Los fanáticos y los árbitros por igual lo amaban; sus entrenadores y compañeros de equipo lo admiraban; y dejó su corazón en la cancha en cada partido", agregó.
El mendocino vive hoy en Tijuana, México, en donde tiene una empresa de superficies artificiales para béisbol, fútbol americano, tenis y domiciliarias. Previamente, y cuando tuvo su título de economía y finanzas, se afincó en el Distrito Federal donde fundó una consultora financiera.
Lo primero que pregunta en la nota con Más Deportes es "¿cómo está el tenis de Mendoza?", dejando en claro que no se olvida de sus raíces. "Me preocupa que veo por Facebook que siguen los mismos nombres en los torneos de Primera y que los clubes están en un muy mala situación financiera".
Confiesa que estaba muy feliz por el galardón aunque tenía un poco de vergüenza de hacerlo conocer, pero sabe que su experiencia puede cambiar el rumbo de vida a muchos chicos y entonces cuenta: "los tenistas deben saber que no todo es ser profesional. Si no tenés puntos de ATP a los 17 años no es la muerte. Hay un montón de alternativas. Yo más allá de que tuve puntos muy joven, empecé a jugar bien a los 22 años y el tenis me sirvió para jugar y además hacer una carrera", asegura.
"La formación acá te permite abrirte puertas en países desarrollados y trabajar muy bien. Claro que en Argentina esto no podría hacerse. Acá lo único que tenés que hacer es estudiar y jugar, nada más porque te dan todo y la diferencia es que las materias no tienen correlación. Preparás de a una la das y seguís para adelante".
"Jugar en el tenis universitario es como estar todos los días jugando Copa Davis. Los partidos son durísimos. Después te presentás en un Future y es como estar jugando en tu club. Pero si no te da para el nivel universitarios podés entrar en los colleges (la secundaria) y también ir formándote en lo tenístico y lo personal".
Además nos cuenta que Martín Alund, el mendocino que mejor ranking tuvo en el ranking de la ATP, está trabajando en New Jersey como coach. "Es otra variante. En un trabajo así podés ganar entre 250.000 y 300.000 dólares al año".
Sobre la posibilidad de llevar a jugadores de nuestra tierra para allá, aseguró que: "hay gente de Buenos Aires que trae chicos, pero le cobran 4.000 dólares. Yo por ahora voy a trabajar con la MSU. El programa de tenis tuvo una depresión y me piden que reclute chicos. También quiero ver traer a profesores como Pablo Vergara que sé lo que pueden dar en la formación".
Finalmente nos adelanta que está trabajando en un club en Tijuana en el que piensa organizar un Challenger esta temporada.
Un mendocino que, en silencio, se forjó una carrera exitosa. Un orgullo para la provincia y que demuestra que querer es poder.