Las autoridades ucranianas preparaban ayer la evacuación de los niños de varias localidades del este separatista de Ucrania tras los bombardeos sobre el puerto estratégico de Mariupol y en previsión de una ofensiva anunciada por los rebeldes pro rusos.
Crece la preocupación sobre un nuevo brote de violencia en el este del país, donde murieron 30 personas el sábado en ataques atribuidos a los separatistas.
La OTAN celebraba, por su parte, una reunión “extraordinaria” sobre la situación del país anoche, en la que intervenían representantes de los 28 miembros de la organización y ucranianos.
Los occidentales intentan aumentar la presión sobre Rusia para que deje de apoyar a los rebeldes, mientras Moscú sigue negando su implicación en el conflicto. De hecho, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, anunció ayer que Moscú hará “todo lo posible para facilitar contactos entre los rebeldes y Kiev” en los próximos días.
Los asaltos de los separatistas golpean ahora toda la línea del frente, sobre todo alrededor de la ciudad estratégica de Debaltseve que conecta las capitales rebeldes de Donetsk y Lugansk.
Siete soldados ucranianos murieron y 24 resultaron heridos en las últimas 24 horas en el Este del país, indicó un portavoz del ejército ucraniano, que no precisó dónde. Según Kiev, los rebeldes dispararon 115 veces sobre posiciones del ejército y en los bastiones separatistas de Donetsk y Lugansk.
Dos civiles también perdieron la vida durante la ofensiva en el pueblo de Troïtske, en el distrito de Popasna, unos 60 kilómetros al oeste de Lugansk.
Ante el aumento de la violencia, las autoridades ucranianas preparaban la evacuación de los niños de varias localidades de las regiones de Donetsk y Lugansk.
El jefe de la policía de la región de Donetsk, Viatcheslav Abroskine, avisó a los rebeldes pro rusos de que la policía iba a evacuar a los niños de Mariinka y Krasnogorivka (20 km al oeste de Donetsk), donde los lanzamientos de cohetes Grad se intensificaron, en los últimos días, hacia la región vecina de Dnipropetrovsk.
El gobernador de Kiev en la región de Lugansk, Guennadi Moskal, señaló que un centenar de niños seguían en Troïtske.