Resultó algo extraño que recientemente U2 fuera distinguida en Londres con el “Global Icon Award” de los premios MTV Europe. El público del Wembley Arena aplaudió de forma contenida pues, tras 40 años en el mundo de la música, U2 parecía casi fuera de lugar junto a artistas tan de moda como Shawn Mendes o Stormzy.
Hace años, su líder, Bono, dijo una entrevista a la revista NME que la banda se encontraba desde el punto de vista musical “al borde de la irrelevancia”. Además, en su última gira, U2 recurrió sobre todo a temas de su exitoso álbum The Joshua Tree, que data de 1987. Con Songs Of Experience, que acaba de salir a la venta, quieren demostrar que no sólo viven de las glorias pasadas.
El decimocuarto álbum de estudio de U2 tiene un arranque profundamente melancólico. Bono canta con voz casi frágil “this is no time to be alive” (“no es momento para estar vivo”) en el primer tema del disco: Love Is All We Have Left.
¿Alude con ello a la frustración por el escarnio público que supuso ver su nombre en los “Paradise Papers”, sobre paraísos fiscales y presuntas maniobras de fraude fiscal? Muchos lo tacharon de hipócrita, pues hasta ahora Bono siempre había mostrado su activismo por diversas causas sociales.
Quizá, no obstante, se refiera al grave accidente de bicicleta que tuvo hace un par de años, o al linchamiento digital de su anterior trabajo, Songs Of Innocence, que los usuarios de iTunes recibieron descargado en sus dispositivos sin haberlo pedido. El disco fue un fracaso comercial, algo que apenas sorprendió en el marco de lo que han sido unos turbulentos años para Bono y U2.
Sea lo que sea a lo que el cantante se refiera, sus Songs Of Experience son para él un asunto muy personal, y la banda ya lo ha dejado claro en las entrevistas promocionales. Las canciones son como cartas de Bono a sus seres queridos.
En Love Is All We Have Left no se escucha ninguna batería, ni ninguna guitarra. La voz de Bono tan sólo está acompañada de unas cuerdas, el bajo y un sintetizador. Se trata de un hermoso comienzo a pesar de que sobra el efecto auto-tune en su voz, tan habitual en otros artistas como Rihanna o Kanye West.
La tranquilidad melancólica se deja atrás con el tema Lights Of Home, en el que emplea a fondo la guitarra. Suena incluso angustioso cuando se le escucha cantar: “I shouldn’t be here cause I should be dead” (“No tendría estar aquí, porque debería estar muerto”). Según The Edge, guitarrista del grupo, el álbum refleja también una “experiencia próxima a la muerte” que vivió un miembro de la banda el año pasado, de la que no dijo nada más.
Sin embargo, Lights Of Home se convierte pronto en un himno lleno con un estupendo final con un coro silbando.
Entre los 13 nuevos temas figuran algunas melodías con gancho. Y si canciones como Get Out Of Your Own Way o Red Flag Day suenan a bandas como The Killers o Coldplay, conviene recordar que U2 fue el ejemplo y la inspiración de los grupos que hoy están en la vanguardia.
Los invitados
En Songs Of Experience se puede escuchar como artistas invitados a algunos de sus herederos, aun cuando no lo sean de forma directa.
Ahí está el caso del rapero Kendrick Lamar, que proporciona la introducción al tema rockero de protesta American Soul. Y quien quiera escuchar a Lady Gaga en Summer Of Love tendrá que aguzar el odio. En estas colaboraciones al parecer se trata más de nombres que de una verdadera contribución musical.
El lento proceso de creación con diferentes productores no ha dañado el álbum. U2 siguen poniendo el acento en la calidad, en la música rock bien producida y en melodías que calen.
El ejemplo de ello es el single You’re The Best Thing About Me, concebido para sonar a lo grande en los estadios de fútbol. Cuando lo presentaron en directo en su última gira todavía era demasiado nuevo, pero ahora se puede ver a Bono encarando con el micrófono al público mientras miles de personas corean el estribillo.
De todas formas, U2 ha aprendido de los errores: Songs Of Experience no se regala. / Philip Dethlefs (DPA)