Turquía promete a Europa cerrar la “autopista de la yihad”

Turquía promete a Europa cerrar la “autopista de la yihad”

Estambul. Fue durante mucho tiempo una “autopista de la yihad”, pero en los últimos meses Turquía redujo la circulación de los yihadistas que van y vienen de Siria y promete acabar con ella para siempre, sobre todo tras los atentados de París.

La operación es inminente, asegura el ministro de Relaciones Exteriores. “No permitiremos al Estado Islámico mantener su presencia en nuestra frontera”, proclamó Feridun Sinirlioglu. “Verán en los próximos días”.

Un anuncio confirmado por su homólogo estadounidense John Kerry: “La frontera está cerrada en un 75%”; “vamos a llevar a cabo una operación con los turcos para cerrar los 98 km restantes”.

La frontera que separa Turquía y Siria consta de 900 km, que cruzan constantemente los miles de candidatos a la yihad o guerra santa, como los autores de los atentados de París y su presunto cerebro Abdelhamid Abaaoud, muerto en un asalto policial. La usan para unirse a las filas del EI en Siria y luego regresar a Europa intentando pasar desapercibidos.

Desde el comienzo de la guerra civil, el régimen de Damasco perdió progresivamente el control de su frontera, una flaqueza aprovechada por el enemigo para abastecerse de hombres, armas o material.

Desde hace meses el grupo Estado Islámico (EI) la utiliza para transportar a sus nuevos reclutas al cuartel general de Raqa, en el norte de Siria.

Apenas desembarcados en el aeropuerto de Estambul, la mayoría de los candidatos yihadistas procedentes de Europa u otros continentes se dirige por carretera a Gaziantep y Sanliurfa, en el sur de Turquía, y desde allí cruza con la ayuda de militantes el cierre de alambrada que separa la frontera. “Las autoridades turcas estaban perfectamente al corriente de este tráfico”, reconoce un diplomático occidental.

"Hicieron la vista gorda, apostando por que precipitaría la caída de su enemigo número uno, el presidente sirio Bashar Al Assad".
Bajo la presión de sus aliados, el gobierno islamista conservador turco empezó, hace menos de un año, a reforzar los controles fronterizos.

Después del atentado suicida atribuido a los yihadistas que causó 34 muertos en julio en la ciudad de Suruç, cerca de la frontera siria, Ankara construyó una nueva valla en las provincias de Hatay y de Gaziantep.

Desde el ataque a la estación ferroviaria de Ankara en octubre (103 muertos), las autoridades multiplicaron las redadas en los círculos yihadistas turcos.

Hace unos días desmantelaron en Estambul una célula que, según ellas, preparaba una operación para el mismo día que los atentados de París.

Estas operaciones han complicado la logística de los yihadistas, que desde junio sólo controlan una pequeña franja fronteriza alrededor de Jarablus.

Según el gobierno, las fuerzas turcas detuvieron y expulsaron a más de 2.300 “combatientes terroristas extranjeros” desde la emergencia del EI, entre ellos 700 en los primeros 6 meses del año.

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