El presidente turco, Recep Erdogan, prometió durante el funeral por los fallecidos en el intento de golpe de Estado que la “purga” de las instituciones continuará y que no habrá piedad para los seguidores del predicador Fethullah Gülen, a los que considera instigadores de la sublevación.
Desde el sábado se produjeron unas 6.000 detenciones y fueron destituidos 2.700 jueces, además de dictarse órdenes de arresto contra integrantes de la Justicia acusados de participar en la rebelión.
“Queridos hermanos, ¿es esto suficiente?”, dijo Erdogan ante sus seguidores. “En todas las instituciones del Estado continuará el proceso de erradicación de esos virus. Y es que esos cuerpos, mis hermanos, han producido metástasis. Lamentablemente han invadido todo el Estado como un cáncer”, añadió.
El presidente de Turquía volvió a arremeter contra Gülen, aunque éste niega estar detrás del fallido golpe de Estado. “No tienen dónde huir”, dijo y pidió a sus seguidores que sigan ocupando los espacios públicos y tomando las calles.
Durante su discurso, la multitud le interrumpió a menudo al grito de “Allahu Akbar” (Alá es grande) y pidiendo la pena capital para los conspiradores. Erdogan afirmó que las demandas del pueblo no pueden ser ignoradas y que se debatirán.
El ministro de Justicia, Bekir Bozdag, confirmó que fueron detenidas unas 6.000 personas y anticipó que la cifra seguirá aumentando.
En su declaración desde Ankara, que transmitió la agencia estatal Anadolu, el ministro no aclaró sin embargo quiénes son los arrestados ni cuántos son militares y cuántos civiles.
“En estos momentos la limpieza continúa”, dijo, y añadió que se están llevando adelante los procesos judiciales relacionados con los sospechosos.
Los gobiernos de Estados Unidos, Alemania y Francia expresaron su inquietud ante la magnitud de la ola de arrestos.
“[El golpe] no puede convertirse en un cheque en blanco para Erdogan”, advirtió el ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, mientras EE UU pedía a Ankara que no vulnere su compromiso con la democracia y el ministro alemán de Justicia, Heiko Maas, advirtió por su parte contra una “venganza arbitraria” tras la asonada en Turquía.
Fuentes del Gobierno turco han asegurado que la redada masiva pretende evitar que los golpistas puedan reorganizarse y lanzar nuevas amenazas. Analistas advierten que Erdogan puede estar utilizando el fallido levantamiento para desembarazarse de rivales que amenazan su hegemonía desde el propio aparato del Estado.
Se normaliza la situación de los argentinos varados
Lentamente el aeropuerto Ataturk de Estambul, en Turquía, volvió a operar con normalidad tras el intento de golpe que afectó al país. Hasta ayer por la mañana unos 60 argentinos permanecían varados en el lugar ya que estaban a punto de embarcarse cuando se desató el golpe.
La embajada argentina en Ankara les había recomendado no salir del lugar porque era más seguro. Pero ya lograron seguir su viaje.
Entre esas personas, unas 40 formaban parte de una comisión de funcionarios y legisladores porteños, así como de la Fundación Suma, una organización no gubernamental dedicada a la inclusión social y próxima a la vicepresidenta Gabriela Michetti.
La legisladora Carolina Estebarena confirmó anoche en su cuenta de Twitter: “Ya logré salir de Estambul”. También la Fundación Suma informó que su directora ejecutiva Karen Zeolla había dejado la ciudad turca.
En cambio no trascendieron noticias sobre el embajador argentino en la Unesco, Rodolfo Terragno, quien participaba de la reunión anual del Comité del Patrimonio Mundial del Organismo.
El ex candidato a presidente por la UCR había precisado que no estaba varado sino participando de una sesión, pero el organismo de cultura de la ONU precisó en si sitio web que la reunión “está suspendida hasta nueva notificación”. Hasta ayer los encuentros no se habían reanudado.
Mientras tanto, la embajada argentina en Ankara habilitó el número de teléfono 5335489718, en el que atiende las 24 horas consultas relacionadas con la situación de ciudadanos argentinos, incluidas las tramitadas ante el consulado en Estambul.
CC