En Acapulco (sobre el océano Pacífico), donde han cesado las tormentas, los equipos de rescate trabajan arduamente para retirar derrumbes de las dos carreteras que la comunican con Ciudad de México, por donde no se podrá circular por lo menos hasta el viernes.
En este puerto, antaño destino favorito de estrellas de Hollywood y hoy azotado por la violencia del narcotráfico, se mantienen varados miles de turistas por quinto día corrido desde el inicio de estas tormentas, que han provocado desabastecimiento de alimentos y saqueos.
Bajo un fuerte y renovado sol, miles de frustrados turistas se agolpaban en una base militar cercana a Acapulco con la esperanza de volver a sus hogares y trabajos.
"Desconocíamos el clima, nos trajimos ropa y recursos para pocos días y tenemos actividades en la Ciudad de México que nos apremian para regresar", dijo a la AFP Juan Pablo Beltrán (22 años), miembro de un grupo de 45 jóvenes colombianos que viven en México por un intercambio estudiantil.
Hasta ahora han sido evacuados en vuelos militares y comerciales más de 5.000 turistas, pero la alcaldía de Acapulco calculó que tenían unos 40.000 visitantes varados.
En medio del caos, se han reportado varios casos de multitudinarios saqueos a comercios.
"Sí, hay desesperación, lamentablemente, pero ya al Ejército y la Marina (Armada) les llegaron más soldados", dijo el alcalde de Acapulco, Luis Walton, a la emisora MVS Radio.
La emergencia prosigue en México por los dos fenómenos todavía activos, el deterioro del terreno en muchas zonas rurales que sigue generando deslaves y el desborde de al menos ocho ríos.
El inusual doble azote de Manuel e Ingrid mantiene a 30.000 personas en albergues, dañó 91 carreteras y dejó a 415.000 personas sin luz eléctrica, de las cuales siguen afectados el 20%.
A esto se añade una zona de baja presión que se encuentra en el Golfo de México y tiene potencial de convertirse en ciclón, advirtió el SMN.