Ubicada en el corazón de la cordillera de Tricauco, en la Región del Biobío, la laguna Pirquinco se presenta como uno de los secretos mejor guardados de Chile.
Este rincón natural, rodeado de imponentes montañas de granito, se destaca por sus paisajes impresionantes y su acceso relativamente sencillo, ideal para quienes buscan una escapatoria a la naturaleza.
El trekking hacia la laguna es una de las mejores formas de llegar a este paraíso escondido. Si partís desde Los Ángeles, tomás la ruta hacia Alto Biobío y, después de aproximadamente 75 kilómetros, llegás al Santuario de Aguas Blancas.
Desde ahí, deberás dejar el auto y continuar a pie durante unos 9 kilómetros de sendero, que te llevará a este lugar único. La caminata, que tiene una dificultad media, atraviesa bosques nativos de coigües, robles y ñirres, ofreciendo una experiencia de conexión total con la naturaleza.
Aunque la ruta está bien marcada y no tiene zonas peligrosas, es recomendable hacerla acompañado de un guía si no tenés experiencia en trekking.
Todos los detalles sobre la Laguna Pirquinco
A unos 1.300 metros sobre el nivel del mar, la laguna Pirquinco se revela con su belleza casi surreal, especialmente durante el otoño, cuando los árboles se tiñen de tonos naranjas, rojos y amarillos.
En invierno, el paisaje se cubre de nieve, transformándose en un espectáculo aún más mágico. “Este es un lugar donde el tiempo se detiene”, comenta Santiago Soto Aguilar, quien fue uno de los primeros en explorar la zona. “Cuando llegás, la desconexión es total: no hay señal, no hay ruidos, solo la naturaleza en su máxima expresión.”
El sendero es apto para quienes tienen experiencia, pero si no es tu caso, la empresa Cuatro Vientos Ecoturismo de Concepción organiza ascensos periódicos.
El recorrido, que demora entre 4 y 5 horas, te llevará a la laguna, rodeada de altos muros de roca y espesos bosques. Si el clima lo permite, no dudes en sumergirte en las aguas tranquilas de la laguna para disfrutar de un refrescante baño. Y si no, el paisaje será una recompensa más que suficiente.
Para los más aventureros, lo ideal es acampar en las orillas de la laguna. Pasar la noche allí te permitirá disfrutar de la serenidad del lugar y, al día siguiente, continuar tu exploración hacia la laguna Los Patos, ubicada en la cima de los cerros.
Aunque los patos no abundan, las posibilidades de avistar cóndores surcando el cielo son altas, lo que añade un toque especial a la experiencia. Durante el otoño, los arbustos a orillas de la laguna se pintan de rojo, dando un aire surrealista al paisaje, digno de admirar y capturar en la memoria.
Si querés aprovechar aún más tu visita, podés rodear la laguna y subir a una colina que te llevará a un mirador natural, desde donde tendrás una vista privilegiada del volcán Callaqui, que se encuentra a unos 20 kilómetros al sureste.
Es importante tener en cuenta que, al tratarse de un área sin servicios, deberás llevar todo lo necesario para acampar y alimentarte, además de ser responsable con el medio ambiente.
“Cuidemos este lugar, no dejemos basura ni rastros de nuestra visita”, recomienda Soto Aguilar, quien destaca la importancia de preservar la belleza natural de la laguna para futuras generaciones.
Sin duda, la laguna Pirquinco es una de esas joyas escondidas que te invitan a desconectarte de la rutina y sumergirte en un paisaje que parece sacado de otro mundo.
Cómo llegar a la Laguna Pirquinco
Para llegar desde Mendoza a la Laguna Pirquinco, primero tendrás que cruzar a Chile a través del Paso Internacional Los Libertadores, un trayecto que te llevará aproximadamente 6 horas, dependiendo del flujo de vehículos y las condiciones climáticas.
Una vez en territorio chileno, dirigite hacia la ciudad de Los Ángeles, ubicada en la Región del Biobío. Desde ahí, tomá la ruta hacia Alto Biobío hasta llegar al kilómetro 75, donde se encuentra el Santuario de Aguas Blancas.
