La semana pasada, la Cámara de Diputados de la Nación dio sanción definitiva a la ley que crea el Parque Nacional Iberá.
El proyecto, que ya contaba con la aprobación del Senado, fue aprobado durante la segunda semana de abril.
El Parque Nacional Iberá tendrá una superficie de 159.000 hectáreas, que se sumarán a otras 23 mil de la reserva natural Iberá, a 553.000 del parque provincial Iberá, a 54.380 del Parque Nacional Iguazú, a 12.620 de la reserva nacional del mismo nombre y a 170 mil del parque estatal Brasil para conformar una gran área natural protegida en la región. La cuenca está compuesta por 1.300.000 hectáreas.
El nuevo espacio natural protegido se denominará Gran Parque Iberá y tendrá casi 700 mil hectáreas que servirán para resguardar el último reducto de selva paranaense, que alberga la mayor biodiversidad de la ecorregión del Bosque Atlántico en Sudamérica.
159.000 hectáreas son las que tiene el parque nacional, a las que deben sumarse 23.000 ha de la reserva natural Iberá.
El Gran Parque Iberá también albergará una flora autóctona con más de 2.000 especies, entre las que se destacan frondosos helechos, bromelias, orquídeas, palmeras y gigantescos árboles que sirven de soporte a una gran variedad de enredaderas trepadoras, que proveen frutos que atraen a monos coatíes, venados y tucanes.
Este espacio natural también será útil para proteger especies que están en peligro de extinción, como el yaguareté, el ocelote, la yacutinga y el macuco, y a otras 80 especies de mamíferos.
Los innumerables cursos de agua del área resguardarán a una gran cantidad de yacarés, tortugas y garzas, que se nutren de peces menores, y a 450 especies de aves, entre las que resaltan tucanes, urracas, teros, loros y los increíbles vencejos, esta última especie exclusiva del área de las Cataratas del Iguazú.
Las tierras donde se desarrollará el Parque Nacional Iberá fueron donadas por Douglas Tompkins, un empresario y ecologista estadounidense dedicado a la conservación, restauración y activismo medioambiental que falleció el 8 de diciembre de 2015 en un accidente en Chile.
Ecoturismo
El sitio proyectoibera.org, expresa que para poder asegurar la integridad ecológica de la cuenca de Iberá “y la máxima calidad del destino ecoturístico es crucial que el Parque incluya también muestras representativas de los ecosistemas de tierras altas que se encuentran en ella. Igualmente, si queremos que el Iberá vuelva a contar con todas las especies de grandes mamíferos que se extinguieron en la región, necesitamos que los ecosistemas que estos habitan se encuentren adecuadamente protegidos”.
Más adelante, señala que en cualquier país del mundo, la calidad ambiental y escénica que garantiza la categoría de un parque nacional hace que los turistas elijan visitarlos sobre cualquier otro tipo de paisaje o reserva natural.
En la Argentina, tres de los cuatro destinos turísticos más visitados-las cataratas del Iguazú, el lago Nahuel Huapi y su entorno de bosques y montañas andinos, y el glaciar Perito Moreno-están dentro de parques nacionales.
Desde tiempos históricos fue la Administración de Parques Nacionales quien promovió el desarrollo ecoturístico de estos destinos, con la construcción de infraestructura de muy buena calidad arquitectónica, adecuados senderos interpretativos para un correcto manejo de los visitantes y el cuidado profesional del entorno natural.
El gran parque Iberá (Parque Provincial más Parque Nacional) albergaría dentro de su territorio la mayor población del mundo del amenazado yetapá de collar y la segunda mayor del ciervo de los pantanos, sirviendo además como refugio fundamental para especies amenazadas como el aguará guazú, el venado de las pampas, las aves de pastizal casi extintas en Argentina por la actividad agrícola, los yacarés y el lobito de río, entre otras.
La producción de naturaleza y vida silvestre como recurso comercializable a través del turismo, servirá de motor económico.
Además, por su tamaño y calidad de hábitat, esta área de conservación representa una oportunidad única para la reintroducción de especies localmente extintas como el oso hormiguero, el tapir, el pecarí de collar, el venado de las pampas, el ocelote, el lobo gargantilla y el yaguareté.
Este territorio, que ha sido revalorizado en función de una nueva visión de desarrollo local: la producción de naturaleza y vida silvestre como recurso comercializable a través del turismo, podrá ser disfrutado por todos los argentinos, y servirá de motor económico de los municipios que lo rodean.
Guardaparques nacionales y provinciales trabajarán en conjunto para preservar la calidad y abundancia de animales autóctonos que garanticen al turista una experiencia de alto nivel.
El Parque Iberá quedará a su vez rodeado por más de 600.000 hectáreas de tierras privadas incluidas en la actual Reserva Natural Iberá, las cuales podrían dedicarse a diferentes tipos de producción sustentable, además de beneficiarse con el atractivo turístico del área central de conservación estricta.
En 1903 la Argentina creó la figura del Parque Nacional con el fin de preservar y al mismo tiempo hacer accesibles al público sus mejores áreas naturales y de grandes bellezas escénicas. Protegen no sólo todo lo que está sobre el suelo, sino también el subsuelo y el aire (impidiendo la prospección minera y petrolera, y los sobrevuelos comerciales a baja altura). Argentina fue el tercer país del mundo en crear un parque nacional, por delante de cualquier país europeo. Esta noble tradición fue inaugurada en 1903 por el Dr. Francisco P. Moreno.
Organizan paseos en bici por bosques y senderos
Cinco parques nacionales ofrecerán actividades ligadas al ecoturismo para los visitantes de esos espacios naturales durante la llamada temporada baja, informó la Administración de Parques Nacionales (APN).
Las actividades, que comenzarán el último fin de semana de abril y entre las que se destacan los paseos en bicicleta, permitirán tomar contacto con las mejores vistas de los bosques patagónicos, con los espectaculares paredones rojizos de la precordillera de la zona de La Rioja y con los palmares de Entre Ríos, entre otros atractivos.
El titular de la APN, Eugenio Bréard, aseguró que “los recorridos en bicicleta son una práctica de ecoturismo muy elegida por los turistas” y dijo que el objetivo “es lograr atraer visitantes a los parques nacionales en otoño, que es baja temporada, aprovechando los tres feriados largos que hay antes de las vacaciones de invierno”.
En 1903 se creó la figura. El Perito Francisco P. Moreno donó 7.000 ha en la Patagonia.
El Parque Nacional Los Arrayanes, ubicado en la provincia de Neuquén, contará con un circuito de 12 km que unirá Villa La Angostura con el Bosque de Arrayanes, a lo largo de la Península de Quetrihué, para que los turistas puedan recorrer en bicicleta y observar la belleza de la Patagonia y las mejores vistas del lago Nahuel Huapi.
El recorrido se puede realizar en ambos sentidos, con la precaución de que las sendas son compartidas por ciclistas y caminantes y que hay algún grado de dificultad en los sectores empinados.
El secretario de Turismo de Villa La Angostura, Pablo Bruni, afirmó que “los habitantes de esta zona tienen mucha afinidad con los paseos en bicicleta y eso se traslada a los visitantes, que muestran una marcada predilección por el ecoturismo”.
Bruni sostuvo que por ese motivo “la propuesta de la APN puede impulsar la llegada de turistas en una época difícil para la actividad como es el otoño". Los recorridos en bici también podrán realizarse en el Parque Nacional Talampaya, en La Rioja, declarado Sitio de Patrimonio Mundial por la Unesco y que destinará un circuito de 13 km para realizar esta actividad. Télam