"Le he dicho a la Virgen del Socorro, Patrona de Tupungato, que quiero ver religiosas en este departamento… . después no me importa morir...", escribía monseñor José Fernández -párroco departamental- a las autoridades de la congregación Compañía de María. Por el trabajo de este cura y de un gran número de familias cristianas, en 1964 se creó el primer colegio privado y católico de Tupungato. Luego también fue el primero de la congregación a nivel país en recibir a los varones.
"Mi escuela cumple 50 años y lo festejamos con una maratón, una misa y después con una gran torta. También hicimos una campaña para ayudar a los que menos tienen", cuenta con emoción Julieta Bordón (de 5to grado), mientras prepara el equipo deportivo que vestirá para recorrer las calles junto a sus compañeros.
Paulina Bastías, una docente que había cursado en el instituto de la congregación en Ciudad, contagió a la comunidad transmitiendo su experiencia. Esto no hizo más que alentar los anhelos del padre Fernández. De todos modos, existía una demanda educativa local concreta. El colegio 74/P Compañía de María nació con una matrícula de 160 alumnos, repartida en seis cursos; algunos superaban los 35 alumnos.
Con ciertos vaivenes a través del tiempo, tal nivel de demanda es sostenido en la actualidad. En los últimos años, los papás han hecho guardias de hasta cuatro días y sus noches en la vereda de la escuela -hasta en casas rodantes- para poder anotar a sus niños en Sala de 4 años. Las largas listas de espera muestran igual situación en la secundaria.
"La exigencia, la formación y el compromiso del cuerpo docente en el ser y el hacer" son algunas de las razones que esboza la directora de primaria, Sonia Silva, para explicar la permanencia y crecimiento del colegio. También, "siguiendo el legado de nuestra fundadora -Juana de Lestonac- atendemos las situaciones de cada familia, sus necesidades. Por eso tenemos tantos becados", expuso la docente.
El proceso de creación fue veloz. La comisión de padres se formó en 1963. En febrero de 1964 arrancó la inscripción de alumnos en la sede parroquial y el 5 de abril comenzaron las clases en la casa de la familia Carrión, sobre avenida Belgrano. La idea inicial era funcionar temporalmente en el Hotel de Turismo, pero esta petición fue denegada. Entonces, con la ayuda del pueblo y del RIM 11, se adaptó la vivienda para fines escolares.
Mientras las campanadas del templo invadían la ciudad, una gran multitud acompañó en procesión al entonces obispo mendocino Alfonso María Buteler, que presidió la inauguración. Las hermanas María Teresa Castro, Margarita Pavía, Delma Costa, Ramona Pérez y Norma Miller aún son recordadas por los tupungatinos como las primeras hermanas que llegaron al pueblo.
En los inicios, el matrimonio Correa donó una hectárea de terreno. Allí se levantó -en 1968- el edificio de más de media manzana que hoy funciona sobre la calle Almirante Brown 1130, donde asisten casi 700 alumnos (166 secundarios y 402 de Nivel Inicial y Primario). El mismo ha tenido varias ampliaciones y se proyectan aulas nuevas.
La comunidad tupungatina se apropió enseguida del colegio y supo luchar cuando vio amenazada su continuidad, como cuando cerró la secundaria en 1992, la cual volvió a abrirse en 2008. "Además de ser el primer colegio de la congregación en el país en incorporar varones (1969), esta institución se caracteriza por la continuidad de la unión de padres y por estar inserta en la vida social y parroquial de un pueblo", apunta la hermana Violeta Mikeska.
Más que haber formado grandes personalidades, el equipo directivo se enorgullece de que hayan salido de sus aulas "la hermana Liliana Cruz y los curas Cristian Britos y Gerardo Aguado", señala Adriana Musso, apoderada legal.
En Tupungato celebran los 50 años del Colegio Compañía de María
Se trata de la primera entidad educativa privada religiosa que abrió en el departamento y que aceptó a los varones en sus aulas.
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