En estas ultimas semanas varias familias decidieron ocupar las viviendas en construcción del barrio Tupac Amaru II de Lavalle, lo que ocasionó problemas con el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), que se ha hecho cargo de la edificación luego de la detención de Nélida Rojas, la líder local de la organización social.
El conflicto no hace más que crecer. Hay más familias anotadas como supuestas adjudicatarias que cantidad de viviendas, ya que a muchas, Rojas les dio un papelito con sello como constancia de propiedad.
Según afirmaron a Los Andes las personas que decidieron ocupar las casas, hay al menos 500 familias a las que se prometió su vivienda, pero sólo se estan construyendo 211.
Se declaran estafados por la Tupac y el número no cierra por ningún lado.
Desde el sábado se dispuso una guardia policial las 24 horas en la entrada del barrio de Lavalle, para que no ingrese más gente a tomar las edificaciones. Desde el IPV indican que no pueden trabajar mientras haya gente en el lugar en construcción.
"No nos vamos"
Maria Torreblanca, una de las 12 mujeres que se encuentra en el barrio con sus hijos, dispuso su casa para contar su historia a Los Andes, junto a Andrea Torres, Cristina Nieva, Laura Bortoni, Romina Manzano y Ramona Guayana.
Todas estan en la misma situación. No se encuentran en la lista que envió el Municipio de Lavalle al IPV con los supuestos adjudicatarios del barrio de la Tupac Amaru.
"La lista del municipio se la pasó Nelida, que ha hecho negocios con otras personas y por eso nos han sacado a nosotros", indicó María.
Según denuncian, Rojas y su familia "vendieron las casas" a otras personas por unos 20.000 pesos, lo que ocasionó que en varias oportunidades haya hasta 3 familias por vivienda.
"Yo estoy en la organización desde el 2012. Esta casa la hice con mis propias manos, pero hace unos días vino una tal Virginia Pizarro a decirme que era su casa porque la había comprado", señaló María.
En tanto, Ramona indicó que ellos no hubiesen comenzado la construcción de las mismas -desde el 2012- si no les hubiesen garantizado el acceso a esa casa.
"Nos duele que nos llamen usurpadores, porque esta casa las hemos hecho nosotros con todo el esfuerzo", aclaró la mujer.
Los pagos
Con respecto al propio ingreso al barrio, cada familia debía poner una cuota de ingreso inicial, que era de 2000 pesos en el 2012, más cuotas mensuales de alrededor de 100 pesos y gastos de viajes a marchas y actividades de la organización.
Además denunciaron que los elementos de construcción no se los proveyó la Tupac en su totalidad.
"Si necesitabamos 8 bolsas de cemento, solo nos daban 4. El resto lo comprabamos nosotros. Pero la Nación a la organización le daba toda la plata para construir", expresaron.
En este sentido, Laura informó que hace 2 semanas "vino Carla Martinez -hija de Nélida- a ofrecernos la grifería del baño a 800 pesos. Son unos estafadores".
Finalmente pidieron al IPV que estudie algún tipo de solución. "Ya con Nélida no hablamos. Ella nos usó y nos mintió. Ahora, si nos sacan no tenemos dónde ir", culminaron.