Desde el comienzo, la euforia del público la impuso como una de las favoritas. Después el escrutinio avaló esa decisión, coronando como reina del departamento a Fernanda Cabrera, representante del Rotary Club El Portillo, en una puesta donde las Viejas Melodías de Vendimia cautivaron a un anfiteatro repleto.
Esta es la primera vez, que Tunuyán elige en el mismo escrutinio también a la reina del Festival de la Tonada. Ganó ese puesto la representante de la FM Frontera, Yamila Nahir José, quien obtuvo el segundo puesto en el conteo general de votos.
Un mensaje de Atahualpa Yupanqui abrió la fiesta 'Viejas melodías de Vendimia', cuando apenas habían pasado unos minutos de las 22 de la noche. Sergio, un músico local, le confiesa su amor a una guitarra, pero cómo no encuentra motivos para inventar nueva música termina por esconderla en un viejo baúl.
Entonces, la guitarra cobra vida y sale desesperada a buscarlo inyectando de musas el aire en Tunuyán. Fue cuando la Vendimia y la Tonada se enredaron en el escenario y ese seductor romance hilvanó todas las escenas de un espectáculo bastante original.
Minutos antes de las 22, hora fijada para el inicio, las trece candidatas fueron presentadas. Las barras -bastante mesuradas esta vez- apoyaron a sus representantes. Las bellas bailaron un vals interpretado por Lisandro Bertín en vivo y tomaron su lugar, que fue bajo el escenario.
El gobernador Alfredo Cornejo llegó a poco comenzado el relato y fue bien recibido por un entusiasta Martín Aveiro, quien observó algo sorprendido como su palco se poblaba de color radical.
Un algo forzado diálogo entre instrumentos fue narrando la historia, que más de 630 artistas llevaron a escena a la vera del río Tunuyán. Un viejo bombo se refirió a la historia del despojo del pueblo huarpe e invocó la cultura gauchesca con un estridente malambo, uno de los momentos más aplaudidos por el público. Después, un sikus y un violín invitaron a recorrer las melodías del país.
Un giro del guión sorprendió a los presentes. Cuando las pantallas recordaron la coronación de la saliente Macarena Muzaber y la posterior tormenta feroz que se avalanzó contra el público el año pasado, con artistas que huían con las sillas en la cabeza. “¿Quién dijo que todo está perdido?” sonó en la olla de la Tonada y el público explotó en aplausos.
La puesta -que tuvo el acierto de ofrecer el 40 por ciento de la música en vivo con diez artistas en escena y de darle un importante espacio a las personas con discapacidad- fue mostrando los distintos estilos musicales de cada época y de cada nación. La gente disfrutó cada momento y hasta se emocionó con algunos cuadros.