Tunuyán se ha propuesto eliminar los vehículos de tracción animal de sus calles. Los trabajadores y recuperadores urbanos que utilizan este tipo de movilidad ya pueden inscribirse en un registro municipal, que será la base para avanzar en la sustitución de los caballos por algún tipo de rodado menor.
Este registro permitirá también dimensionar la realidad de esta situación en el departamento valletano. Los primeros sondeos hablan de que entre 50 y 70 familias estarían hoy utilizando las carretelas como herramientas de trabajo, principalmente en los distritos tunuyaninos.
El objetivo del Programa de Sustitución de Vehículos de Tracción Animal -que ya se ha implementado en los municipios del Gran Mendoza- no es sólo evitar los maltratos y altos niveles de exigencia a los que son sometidos los animales, sino también organizar y mejorar las condiciones laborales de quienes utilizan carretelas para recuperar residuos urbanos o para vender en la vía pública.
Por ello, desde la Dirección de Desarrollo Económico de Tunuyán están solicitando a las personas que se encuentren en esta situación que realicen los trámites de inscripción en el Registro de Recuperadores Urbanos. Los mismos se están llevando a cabo, en el anexo municipal de la calle La Argentina 600, todos los días de 8 a 13 (teléfonos 02622 424003 ó 15431472).
“La iniciativa pretende ayudar a que estas familias puedan acceder a otros vehículos, a través de líneas de crédito blando y con devolución a largo plazo”, comentó el concejal Paulo González Trigo, autor de la ordenanza que semanas atrás consiguió el aval del Concejo Deliberante tunuyanino.
Según el radical, en la génesis de la iniciativa se analizó que la forma más factible y económica de reemplazar las carretelas y sus caballos era con los vehículos estilo motocargo. Sin embargo, esto es algo que debe definir la comuna, que será quien aplicará la ordenanza.
Si bien no tienen una fuerte presencia en las calles, las carretelas son postales habitué de las siestas y las noches tunuyaninas, sobre todo en los distritos más alejados. Generalmente, son utilizadas por quienes recolectan los residuos urbanos que son reutilizables; pero también este censo que se inicia incluirá a vendedores de verduras, achuras, mimbres, etc. que utilizan vehículos de tracción animal.
La decisión ya obtuvo el visto bueno de Acertas (Asamblea Común para la Estrategia de Reemplazo de la Tracción a Sangre), una organización que asesora y acompaña a las administraciones municipales y a los trabajadores informales en la sustitución de la tracción a sangre que en el país involucra a alrededor de 70.000 animales.
Uno de los problemas centrales de la situación que se pretende radicar es que, “mayormente, los equinos utilizados se encuentran en muy malas condiciones sanitarias”, como reza el texto de la ordenanza. Esto se opone a la Declaración Universal de los Derechos del Animal, cuya situación está encuadrada en figuras penales de la Ley Nacional 14.346 de Protección Animal. En ella se establecen penas para las personas que maltraten o hagan víctimas de actos de crueldad a los animales.
González detalló que se trata de una problemática compleja, pues “influye en el bienestar y la salud de las personas y animales. También afecta en lo ambiental y en lo referido a la seguridad vial”.
La ordenanza fundamenta la obtención de subsidios para las familias involucradas en el programa a través de la firma de convenios con programas provinciales, nacionales o internacionales de promoción económica y social.