El Argentina Open ya tiene sus primeros cuarto-finalistas: el austríaco Dominic Thiem, el español Nicolás Almagro y Dusan Lajovic. De perfiles diferentes, tuvieron algo en común: debieron sudar la gota gorda para avanzar de ronda en Buenos Aires. Por su parte, el francés Jo-Wilfried Tsonga casi no encontró resistencia en el correntino Leonardo Mayer y lo venció por 6-1 y 6-2.
Mayer, que quería dar el batacazo y lograr por primera vez su ingreso a los cuartos de final en el abierto porteño, parecía quedarse sin respuestas en gran parte del partido. En menos de una hora de juego, el francés dominó de principio a fin y ahora será rival de Almagro en la próxima fase.
El quinto favorito, Thiem, levantó un match point en contra en el tie- break del segundo set -con un ace-, para terminar ganando por 3-6, 7-6 (7) y 6-3 frente al portugués Gastao Elías, un jugador proveniente de la qualy.
“Hoy (por ayer) jugué mal, fui muy afortunado en poder ganar”, reconoció sin vueltas Thiem, campeón en tres torneos sobre polvo de ladrillo en 2015.
El austríaco, 19 del mundo y debutante absoluto en Buenos Aires, es uno de los jugadores con mejor proyección en el circuito ATP.
Thiem admitió sus preferencias en cuanto a su rival en cuartos: el serbio Dusan Lajovic es su amigo. La otra opción, no es muy "amigable": se trata del número nueve del mundo, el gigante estadounidense John Isner.
El deseo se transformó en una realidad cuando, en el penúltimo partido de la jornada, Lajovic sorprendió a propios y extraños, al vencer trabajosamente a Isner, por 7-6, 4-6 y 7-6, y concretó ante el cuarto cabeza de serie del torneo su primera victoria ante un top 20. Las posiciones en el ranking señalaban como favorito al gigante estadounidense, pero los 15 aces no le alcanzaron para llevarse el triunfo.
Almagro, el verdugo de Fede
Sea cual fuera su presente, el murciano Nicolás Almagro es muy duro de vencer sobre polvo de ladrillo, y ayer el argentino Federico Delbonis cayó por 6-3, 4-6 y 6-4.
Nicolás arrancó con todo, pero tuvo un bajón pronunciado en el segundo set. Parecía que se había ido del partido, pero pudo regresar a tiempo para estirar su récord en el BALTC, que ahora es de 27-9.
“A muy pocos deportistas les es muy fácil estar concentrado todo el tiempo. No sentía la pelota y la raqueta, me puse nervioso, me bloqueé”, afirmó el campeón 2011 -y finalista 2012- en Buenos Aires.
Delbonis (45) por su parte destacó: “Lo importante es que en todo momento estuve dando batalla”.
