Unidos por una noche, los republicanos nominaron ayer a Donald Trump como el abanderado presidencial de su partido, lo que representa la culminación del ascenso del empresario por la jerarquía de los republicanos y lo proyecta a las elecciones presidenciales de noviembre contra la demócrata Hillary Clinton.
El equipo de campaña de Trump esperaba que la nominación formal pusiera fin a la discordia dentro del Partido Republicano y que eclipsara el caótico inicio de la convención, que incluyó acusaciones a su esposa Melania Trump de copiarle parte de su discurso a Michelle Obama, en la ceremonia inaugural de la convención (ver aparte).
El senador de Alabama Jeff Sessions inició con el proceso de nominación con un emotivo apoyo para Trump, declarándolo “un guerrero y un ganador”. Hubo momentos de discrepancia en la convención mientras los estados en los que no ganó Trump entregaban sus registros, pero el multimillonario se distanció por mucho de sus rivales en las primarias. Su estado natal, Nueva York, fue el que le dio la cifra requerida para la nominación.
Las autoridades de la convención le otorgaron a Trump algunos de los delegados que obtuvo el senador de Florida, Marco Rubio, y el gobernador de Ohio, John Kasich, incluyendo los 19 del Distrito de Columbia. Un delegado del distrito acusó al partido de intentar acallar a los disidentes opuestos a Trump.
Los cuatro días de la convención son la oportunidad más grande para que Trump convenza al electorado de que está mejor preparado para la presidencia que Clinton, quien será nominada de manera oficial durante la reunión demócrata de la próxima semana.
Pero el tumultuoso inicio genera nuevas preguntas sobre el control de su campaña, lo que les da a los votantes una ventana para observar cómo un candidato maneja las presiones de la presidencia.
Por otra parte, ayer se conoció una nueva encuesta de la Associated Press-GfK, que indicó que el 63% de los partidarios de Trump dicen que siguen sintiéndose más inclinados a apoyar a alguien que financia su campaña con dinero propio.
Pero sólo el 13% considera problemático el que Trump haya cambiado de parecer, y casi todos estiman que, en todo caso, no es algo demasiado grave.
¿Cómo se explica que la gente tenga convicciones tan firmes en torno a la postura inicial de un candidato y no se sienta molesta cuando cambia de parecer? Algunos partidarios del aspirante republicano a la presidencia dijeron que no sería justo que Trump gaste su propio dinero para enfrentar a Hillary Clinton, que se propone recaudar U$S 1.000 millones para su campaña.
Acusan a Melania de copiar a Michelle Obama
La esposa de Donald Trump, Melania, afirmó al inaugurar la convención republicana que su marido estaba “preparado para dirigir el país”, pero fueron sobre todo algunas frases que parecían tomadas de un discurso de Michelle Obama las que provocaron la polémica.
Con un largo vestido blanco, la tercera esposa del magnate, de 46 años, 24 años más joven que Trump, hizo con entusiasmo un elogio de su marido, un hombre que “hará una verdadera diferencia”.
“No se rinde, Donald es y siempre ha sido un gran líder”, dijo Melania Trump retratando en 14 minutos al candidato republicano como un padre amoroso y exitoso hombre de negocios que será un presidente fuerte pero compasivo.
La ex modelo, eslovena nacionalizada estadounidense en 2006, describió su infancia en una familia que le inculcó que “hay que trabajar duro para conseguir lo que quieres en la vida”.
Pero justamente ese pasaje y otras partes del discurso se parecieron sospechosamente a otro pronunciado por Michelle Obama.
Fuente: AFP