Si Donald Trump creyó que el retiro de las tropas estadounidenses de Siria serviría para pacificar esa convulsionada región, la incursión turca sobre las milicias kurdas, otrora aliadas de Estados Unidos, pone de relieve que Recep Tayyip Erdogan no respeta los consejos de Washington.
Lo que algunos republicanos consideran como una traición a los kurdos, tras cinco años de alianza militar, probablemente causará una nueva ola de millones de refugiados (ya huyeron más de 100.000 personas, según la ONU), además de desestabilizar toda esa zona de Medio Oriente.
Los kurdos fueron vitales para derrotar a los fundamentalistas del Estado Islámico (EI). Por eso, el giro radical de Trump de abandonarlos le trajo algunas críticas de los propios republicanos y también de los demócratas.
El líder la mayoría del Senado, Mitch McConnell, dijo que una retirada estadounidense precipitada de esa zona solo beneficia a Rusia, Irán y al EI, muchos de cuyos combatientes se encuentran en cárceles kurdas.
Las críticas ocurren cuando el magnate neoyorquino afronta un pedido de investigación para un eventual juicio político, a raíz de haber presionado supuestamente al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, para que investigue al vicepresidente Joe Biden, su posible rival en las elecciones de 2020.
Todo parece indicar que el objetivo del gobierno del presidente turco, Racep Tayyip Erdogan, es tomar el control de una franja de 30 kilómetros al sur de la frontera de ese país para expulsar a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), integradas por la milicia kurda y un grupo de árabes, hermanados con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de Turquía.
"La decisión de Trump responde a que lamentablemente el presidente estadounidense quiere retirarse de Medio oriente, sin resguardar los apoyos políticos que ha tenido en todos estos años", explicó el ex embajador argentino en Turquía (2001-2009), Sebastián Brugo Marcó.
Desbalance demográfico
"Yo no descarto que Erdogan quiera anexarse alguna parte de Siria. Un cinturón de seguridad de 30 kilómetros de ancho es mucho: es la ocupación de un territorio extranjero. Erdogan quiere poner un millón de árabes donde viven los kurdos. Eso produce un desbalance absoluto en la demografía de Siria. Vamos a ver hasta dónde lo deja Siria, un país que depende de (Vladimir) Putin", afirmó.
En los últimos años, Ankara recibió más tres millones de refugiados sirios, con la premisa de bloquearles el ingreso en Europa a cambio de dinero.
Los kurdos también controlan una región autónoma del norte de Irak, donde ayudaron a los estadounidenses a vencer a Saddam Hussein. El llamado Kurdistán abarca también zonas de Turquía, Irán y Siria, y un pequeño enclave en Armenia.
Las pérdidas han sido desequilibradas: murieron 11.000 milicianos kurdos, mientras que los estadounidenses perdieron solo seis hombres, informó el diario británico The Guardian.
Tras la ofensiva turca, el gobierno sirio de Bashar al Assad, sin reconocer la autonomía kurda al este del río Éufrates, afirmó que la ofensiva viola la integridad territorial de ese país. La guerra civil en Siria ha dejado unos 370.000 muertos y millones de refugiados.
Tal vez cuando Trump se dé cuenta de que Turquía fue más allá de lo que había acordado, seguramente será tarde para "destruir" su economía como el magnate había prometido.
Como era de esperar, Trump ya empezó a quejarse: resaltó que Turquía, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, lanzó una operación contra los kurdos en Siria que no cuenta con su consentimiento.
Más amigo de Putin que de Trump, el presidente turco parece ser un hombre que sabe lo que hace, aunque en Ankara es cuestionado por perseguir a periodistas, ya que la justicia turca cita a declarar a editores de diarios opositores y vigila las redes sociales.
Con su decisión de darle la espalda a los kurdos, el presidente estadounidense ha demostrado una vez su pragmatismo, una de sus armas políticas preferidas.
"Creo que Trump quiere 'Más América'. Ese es su juego. Es decir: restar recursos externos para potenciar su proyecto interno. O sea más proteccionismo en un contexto en el que en el plano doméstico está acosado por la posibilidad de un juicio político", dijo a una fuente diplomática. Agencia Télam
Boris Johnson se despega
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, comunicó al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que el Gobierno británico no apoyará la operación militar turca contra las milicias kurdas en el noreste de Siria y le pidió que ponga fin a la ofensiva. "El primer ministro expresó su grave preocupación sobre esta operación, que podría empeorar todavía más la situación humanitaria y el progreso realizado contra Estado Islámico", según el comunicado de la llamada telefónica entre ambos líderes enviado por Downing Street. "Aunque el primer ministro reconoció que Turquía es un aliado importante de la OTAN, también ha dejado claro que Reino Unido no puede respaldar esta acción militar y le ha pedido que comience un proceso de diálogo", añade la nota.