En agosto de 2017, durante una reunión en la Oficina Oval, el presidente estadounidense Donald Trump hizo una pregunta que sobresaltó a sus asesores: dado que la situación en Venezuela amenaza la seguridad regional, ¿por qué Estados Unidos no puede invadir el país sudamericano?
La pregunta dejó atónitos a los presentes en la reunión, entre ellos el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el asesor de Seguridad Nacional, general H.R. McMaster, que ya no forman parte del ejecutivo estadounidense.
El relato hasta ahora desconocido de la conversación procede de un alto cargo del gobierno familiarizado con lo que se dijo entonces, que habló bajo condición de anonimato por lo delicado del asunto.
En una conversación que duró unos cinco minutos, McMaster y otros, hablando por turno, explicaron a Trump las consecuencias negativas de una invasión, que le costaría a Washington el apoyo de los gobiernos latinoamericanos, ganado con gran esfuerzo, solo para sancionar al presidente Nicolás Maduro por llevar a Venezuela por la senda de la dictadura.
Pero Trump tenía una respuesta. Sin dar el menor indicio de que iba a ordenar la elaboración de planes militares dijo que había varios ejemplos de lo que consideraba el uso exitoso de la fuerza en la región, según la fuente, como las invasiones de Panamá y Granada en los 80.
La idea de la opción militar seguiría rondando por la cabeza del presidente a pesar de los intentos de sus asesores de aplastarla, y volvería a plantearla en dos ocasiones más con líderes latinoamericanos.
Al día siguiente, 11 de agosto, Trump provocó asombro en amigos y enemigos por igual al hablar de una “opción militar” para derrocar a Maduro. Al principio se consideró estas declaraciones públicas como la clase de bravata marcial que cabía esperar del astro de la TV reality convertido en comandante en jefe.
Pero poco después, habló del asunto con el presidente colombiano Juan Manuel Santos, dijo el funcionario. Dos altos cargos colombianos confirmaron la información, hablando bajo la condición de anonimato para evitar contrariar a Trump.
Y en setiembre, durante la Asamblea General de la ONU, Trump volvió más extensamente sobre el tema en una cena privada con Santos y otros tres aliados latinoamericanos, dijeron las mismas tres fuentes e informó la revista por internet Politico en febrero.
En conjunto, estas conversaciones de trastienda, de las que no se había informado previamente en detalle y en toda su extensión, revelan cómo la crisis económica y política venezolana ha recibido una atención en la cima que hubiera sido inconcebible durante la presidencia de Barack Obama.
Pero según sus detractores, pone de manifiesto cómo la política exterior de “Estados Unidos primero” a veces puede parecer directamente temeraria y dar argumentos a los enemigos del país.
La Casa Blanca se negó a hacer declaraciones sobre las conversaciones privadas. Pero un vocero del Consejo de Seguridad Nacional reiteró que Estados Unidos estudiará todas las opciones a su disposición para ayudar a restaurar la democracia y llevar la estabilidad a Venezuela.
Bajo la conducción de Trump, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea han aplicado sanciones a decenas de altos funcionarios venezolanos y el mismo maduro, a los que acusan de corrupción, narcotráfico y violaciones de los derechos humanos.
Washington ha aportado más de 30 millones de dólares a los vecinos de Venezuela para ayudarlos a absorber más de un millón de migrantes que han huido del país.
Para Maduro, que denuncia desde hace tiempo que Estados Unidos tiene planes militares para apoderarse de Venezuela y sus enormes reservas petroleras, las declaraciones belicosas de Trump le permitieron recuperar, aunque por poco tiempo, algo de la popularidad perdida justamente cuando se lo culpaba de la escasez de alimentos y la hiperinflación.
Oposición impulsa acción penal contra Maduro
Diputados opositores pidieron a la Fiscalía General de Venezuela que promueva una acción penal contra el presidente Nicolás Maduro por haber ofrecido dinero por votos en los comicios del 20 de mayo, en los que logró la reelección.
El diputado Macario González, portavoz del grupo, dijo que al ofrecer bonos en metálico a los electores Maduro violó la ley anticorrupción, lo cual debe ser castigado.
Indicó que la denuncia de carácter penal es distinta a la que presentó el candidato opositor Henri Falcón.