Trump, los vinos y el proteccionismo

El presidente electo de Estados Unidos fundamentó su campaña en una serie de anuncios entre los que se encuentra el proteccionismo. La incógnita es si ese proteccionismo incluirá también a la industria vitivinícola de su país.

Trump, los vinos y el proteccionismo

El triunfo de Donald Trump conmocionó al mundo. No por el resultado en sí, ya que las encuestas adelantaban esa posibilidad, sino por sus “promesas” de campaña centradas en aquel remanido “América para los americanos”. Habló de expulsión de indocumentados, de la construcción de un muro con México y del establecimiento de medidas proteccionistas para evitar el ingreso de productos extranjeros que quitan trabajo al estadounidense. Para los observadores, su mensaje en el plano de la protección está dirigido a China y a otros países asiáticos hacia los cuales llevaron sus fábricas los industriales norteamericanos, favorecidos por una mano de obra extremadamente barata respecto de lo que se paga en el país del norte.

En ese esquema, la Argentina no constituiría un potencial peligro para la economía norteamericana, pero hay que tener cuidado, especialmente en el caso del vino. Sucede que EEUU se ubica en primer lugar hacia el cual se dirigen las exportaciones de vino argentino, superando a Canadá, Reino Unido y Brasil, en ese orden. El malbec ha logrado ganar un espacio importante en las góndolas norteamericanas, a pesar de que debe competir en desventaja -por los problemas de la economía argentina- con el resto de los países.

Pero sucede que para los Estados Unidos el vino constituye un elemento importante en el plano económico. Su costa Este tiene una gran capacidad de lobby y sólo como ejemplo podríamos recordar lo que sucedió hace algunos años con Chile, cuando se “descubrió” que algunos granos de uva en fresco que ingresaban a EEUU contaban con algunos indicios de cianuro. A los chilenos les costó años demostrar que se había tratado de un error, pero en esos años las exportaciones de uva cayeron en forma superlativa. También cabría señalar que fueron los industriales estadounidenses los que organizaron a los denominados países del Nuevo Mundo Vitivinícola (al que se sumaron Chile, la Argentina, Australia y Nueva Zelanda, entre otros) para poder discutir en igualdad de condiciones con los del Viejo Mundo (Francia, España, Italia), en la Organización Internacional del Vino.

Fue EEUU el que impuso la tendencia del “varietal” para enfrentar al prestigio de los blend europeos, basados en las denominaciones de origen. Lo hizo a través de una campaña inteligente que conformó un mix, entre los varietales y las denominaciones de origen y en el resultado final el “malbec” de “Mendoza” resultó ampliamente favorecido. Además, por el simple hecho de que la zona vitivinícola norteamericana es vecina a la de la industria cinematográfica, la actividad recibió beneficios. Sólo cabría recordar la serie televisiva “Falcon Crest”, en los ’80, que hacía referencia a la actividad que desarrollaba una bodega o más recientemente la película Entre Copas, que se refería a un viaje de jóvenes por las principales zonas vitivinícolas de Estados Unidos.

En ese marco de situación, cualquier medida proteccionista de Estados Unidos puede resultar muy perjudicial para el vino argentino. Por eso mismo hay que tener cuidado en el ámbito local y estudiar en profundidad cada una de las situaciones. No se puede actuar tomando medidas viscerales, como sucedió días pasados con la aplicación de un impuesto a la importación de vinos para proteger a la producción local, que en cantidad de litros no era muy importante, porque si nosotros aplicamos la medida no podremos quejarnos después si otro país hace lo propio con nosotros.

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