Cambio en la diplomacia estadounidense: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer el despido de Rex Tillerson, que será reemplazado como secretario de Estado por el actual director de la CIA, Mike Pompeo.
Después de meses de rumores sobre una salida mil veces señalada como inminente, se selló finalmente el destino del exdirector ejecutivo de Exxon Mobil, que luchó para encontrar su lugar en Washington y mantiene una relación difícil con el inquilino de la Casa Blanca.
“Mike Pompeo, director de la CIA, se convertirá en nuestro nuevo secretario de Estado. ¡Hará un trabajo fantástico!”, tuiteó Trump. “¡Gracias Rex Tillerson por sus servicios!”, agregó.
El presidente también anunció la nominación de Gina Haspel como directora de la CIA, la primera mujer elegida para el puesto.
La Casa Blanca destacó el deseo del presidente de tener un nuevo equipo al entablar negociaciones históricas con Corea del Norte. Trump aceptó la semana pasada una invitación del líder norcoreano Kim Jong-un a una reunión para fines de mayo para discutir la desnuclearización de la península coreana, cuya fecha y lugar aún no se han determinado.
Irónicamente, a principios de octubre, el mandatario estadounidense había denostado públicamente a Tillerson por querer iniciar un acercamiento con Corea del Norte. “Está perdiendo su tiempo intentando negociar”, tuiteó entonces Trump. “¡Conserva tu energía Rex, haremos lo que deba hacerse!”.
Consultado sobre las razones de la salida de Tillerson, el presidente mencionó desacuerdos sustantivos, particularmente sobre el problema nuclear iraní.
“Rex y yo (...) nos llevamos bastante bien, pero discrepamos en cosas”, dijo. “El acuerdo con Irán pensé que era terrible, él pensó que estaba bien. Yo quería romperlo o hacer algo, él se sentía un poco diferente. Entonces, realmente no estábamos pensando lo mismo”.
“Creo que Rex será mucho más feliz ahora”, agregó.
Tillerson, que estaba de gira por África cuando Trump decidió aceptar la semana pasada la invitación para reunirse con Kim, suspendió su agenda por estar “indispuesto” y regresó el martes antes del amanecer a Washington.
Durante su gestión, Tillerson se vio muchas veces forzado a negar que se había peleado con Trump, y prometió permanecer en el cargo a pesar de trascendidos de que alguna vez calificó al presidente de “imbécil”.
Como jefe de la diplomacia estadounidense enfrentó muchos desafíos de política exterior, desde las amenazas nucleares de Corea del Norte hasta problemas con Rusia y supuestos ataques contra diplomáticos estadounidenses en Cuba.
Pero sus esfuerzos a menudo fueron eclipsados por el estilo poco diplomático de Trump y sus tuits burlones que provocaron tensiones internacionales.
Trump elogió la “tremenda energía” y la “gran inteligencia” de Pompeo, un exoficial del ejército estadounidense y congresista que dirigió la Agencia Central de Inteligencia (CIA) desde enero de 2017, considerándolo como “la persona adecuada para el trabajo en este momento crítico”.
“Continuará nuestro programa de restaurar la posición de Estados Unidos en el mundo, fortalecer nuestras alianzas, enfrentar a nuestros adversarios y buscar la desnuclearización de la península coreana”, dijo Trump.
“¡Felicidades a mi amigo y al próximo secretario de Estado, Mike Pompeo!”, tuiteó por su parte Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU. “Excelente decisión del presidente”, agregó, sin decir una palabra sobre Tillerson.
Aaron David Miller, un exdiplomático especializado en Medio Oriente, no ocultó su asombro. “Después de haber trabajado con media docena de secretarios de Estado, pensé que había visto casi todo en términos de intriga burocrática y telenovela política”, escribió en un artículo publicado en el sitio web de CNN.
Gina Haspel, primera mujer en dirigir la agencia de inteligencia
Gina Haspel, nominada para dirigir la CIA, es la primera mujer designada para ese cargo, pero su participación en operaciones encubiertas señaladas de tortura puede complicar su tarea al frente de una de las agencias de inteligencia más grandes del mundo.
Haspel, una espía de 61 años muy experimentada en operaciones clandestinas, integra la CIA desde 1985 y fue jefe de puesto en varios lugares del mundo, principalmente en Londres a fines de los años 2000.
“Gina es una espía ejemplar y una patriota dedicada que aporta más de 30 años de experiencia a la agencia, y es una líder experimentada con una capacidad fantástica para hacer cosas e inspirar a quienes la rodean”, declaró Pompeo hace un año, al nombrar a Haspel número dos de la CIA.
Pero su confirmación en el Senado podría ser difícil.
El presidente de la comisión de Inteligencia del Senado, el republicano Richard Burr, ya anunció que apoyará su nombramiento, tiene “las habilidades, la experiencia y el juicio para liderar la agencia.