Donald Trump dijo este lunes que suspenderá "temporalmente" la migración hacia Estados Unidos debido al "Enemigo Invisible" del nuevo coronavirus, en un momento en que siguen las protestas en el país para poner fin al confinamiento, que muy poco a poco empieza a levantarse en Europa.
Las drásticas medidas para contener la pandemia han paralizado la economía global, lo que provocó el lunes una brutal caída del precio del petróleo, que por primera vez en la historia se situó en niveles negativos debido al desplome de la demanda.
Los gobiernos de todo el mundo debaten cómo y cuándo levantar las restricciones, con el ánimo de evitar una segunda ola de contagios y de evitar también que la crisis sea aún mayor, ya que la pandemia recluye en sus hogares actualmente a más de la mitad de la humanidad.
Trump, que ha alentado las recientes protestas contra el confinamiento en varias partes de Estados Unidos, anunció el lunes que detendrá "temporalmente" la inmigración, un tema favorito de sus seguidores, en un año en el que se juega la reelección.
"En vista del ataque del Enemigo Invisible, además de la necesidad de proteger el empleo de nuestros GRANDIOSOS ciudadanos estadounidenses, voy a firmar una orden ejecutiva para suspender la inmigración hacia Estados Unidos", dijo en Twitter.
Al menos 22 millones de estadounidenses han pedido subsidios tras perder su trabajo desde mediados de marzo, y varios en el país han llevado su frustración a las calles.
En una de las protestas más numerosas, cientos de personas desafiaron los límites de la distancia social en un "mitín de los patriotas" en Harrisburg, Pensilvania, una escena que se repitió en Michigan, California y Ohio.
"Gente morirá de hambre, se suicidarán, perderán todo por esto. La cura, como dice Trump, la cura no puede ser peor que la enfermedad", dijo una manifestante Rose Bayer, de 50 años.
Pero cuatro de cada cinco estadounidenses apoyan las medidas de confinamiento, según un sondeo de Quinnipiac.
Protestas similares también ocurrieron en Vladikavkaz, en Rusia, o en los suburbios pobres de París.
El nuevo coronavirus ha provocado más de 168.000 muertos en el mundo desde que surgió en diciembre en China, según un balance establecido por AFP sobre la base de fuentes oficiales este lunes. Además, hay más de 2.437.000 casos de contagio en 193 países o territorios.
Los efectos de la crisis sanitarias amenazan con una segunda Gran Depresión, a medida que millones de personas en el mundo pierden su empleo y la economía se detiene.
Una caída vertiginosa de la demanda y la casi saturación de las reservas estadounidenses hizo desplomar el barril WTI para entrega en mayo a -37,63 dólares en Nueva York. Es decir, se pagaba para deshacerse del crudo almacenado que, ante la parálisis del mundo, no se ha logrado vender. Una imagen inaudita e increíble hace tan solo algunos meses.
Los precios a futuro rebotaron a terreno positivo en el mercado asiático el martes.
La caída el crudo es un "golpe durísimo" para Ecuador, país petrolero fuertemente afectado por la epidemia y una deuda de 60% del PIB, dijo su presidente Lenín Moreno.
Por su lado, Trump anunció que Estados Unidos comprará 75 millones de barriles de crudo, si el Congreso le da luz verde, para llenar su reserva estratégica o abrirá a terceras partes la capacidad de almacenar ese crudo a cambio de una remuneración, aprovechando la caída de los precios.
Mientras siguen los esfuerzos científicos para detener la pandemia, los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU adoptaron por consenso una resolución -la segunda en el año por el tema- que reclama un "acceso equitativo" a las "futuras vacunas" contra la covid-19, destacando que el objetivo debe ser poner las vacunas "a disposición de todos aquellos que las necesitan, especialmente en los países en desarrollo".
Los países además subrayaron el "crucial rol dirigente" de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan criticada por Trump, que decidió suspender su financiación a la entidad.
Desde Ginebra, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesu, aseguró que no escondió nada a Washington: "Lanzamos una alerta desde el primer día", aseveró el médico.
Europa comienza a vislumbrar el final del confinamiento con aperturas parciales en algunos países a la vista de un descenso del balance de enfermos y fallecidos en los focos más activos de la enfermedad como Francia (más de 20.000 muertos), España (21.000) e Italia (más de 24.100).
En Alemania, la canciller Angela Merkel subrayó que la situación es aún "frágil", tras autorizar la apertura de pequeñas tiendas, mientras las clases en escuelas primarias y secundarias se reanudarán progresivamente partir del 4 de mayo.
Sería "lamentable una recaída", señaló.
Esta estrategia de salida de la crisis en Alemania, motor económico del continente, es observada de cerca por el resto de una Europa confinada desde hace más de un mes.
En Noruega, donde igualmente la pandemia parece bajo control, las guarderías y escuelas para los más pequeños reabrieron este lunes después de cinco semanas.
Por el contrario, en Reino Unido (más de 16.500 muertes) el confinamiento durará al menos tres semanas más.
En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro afirmó que espera que las medidas de aislamiento decididas por varios gobernadores sean levantadas esta semana, pese a que la pandemia, según el ministerio de Salud, se encamina hacia su auge en el país latinoamericano más afectado por la COVID-19.
En México, los estados de Jalisco y Michoacán, donde vive un 10% de la población, impusieron castigos para quienes incumplan el aislamiento.
La gran incógnita que se cierne sobre América Latina -donde ya hay más de 100.000 contagiados- es el parón económico generado por el confinamiento, sumado a la incertidumbre sobre el comportamiento del virus en los países del sur, que comenzarán su invierno en junio.
En Chile, el gobierno del presidente Sebastián Piñera lanzó este lunes un proyecto de ley que busca instaurar un "ingreso familiar de emergencia", que será entregado por tres meses a las familias más pobres con el fin de hacer frente a las limitaciones al empleo informal por el coronavirus.