Establecer una rutina desde pequeños es el primer paso para tener dientes sanos durante toda la vida. Es fundamental comenzar desde chicos a inculcarles el hábito, incluso antes de que les salga su primer diente. Algunos trucos para que lavarse los dientes sea un momento divertido y amigable:
- Involucrarlos en la elección del cepillo: existen diferentes cepillos para todas las etapas de la niñez, con diferentes características, desde sus personajes favoritos hasta con luces "láser" para indicar el tiempo correcto de cepillado. Siempre y cuando el elegido esté diseñado para la edad adecuada y para que quepa correctamente en su boca, dejarlos decidir a ellos es una buena alternativa. Si les gusta, tendrán más ganas de usarlo.
- Utilizar una pasta dental con sabor agradable: la mayoría de las pastas dentales habituales pueden ser consideradas muy fuertes o desagradables por los niños. Para evitarlo, usar sabores que sean agradables para el paladar de ellos y en pequeñas cantidades.
- "El espacio del cepillado": armar un lugar especial en el baño donde estén todos los materiales para lavarse los dientes. Por ejemplo, contar con un recipiente especial para guardar el cepillo y pasta o contar con una escalera para que alcancen a lavarse los dientes.
- Utilizar kits portátiles divertidos: una de las formas para que los chicos adquieran el hábito es dándoles un kit divertido para que pueden llevar en sus mochilas al colegio e inculcarles la importancia que tiene el cuidado dental.
- Tabla de recompensas: no hay nada que les guste más a los niños que recibir premios por su buen comportamiento. Por eso, una tabla de recompensas por cepillarse los dientes puede ser una buena opción.
- Ser el ejemplo: a los niños más pequeños les encanta copiar muchas de las cosas que hacen sus padres. Una buena opción es realizar el cepillado junto a ellos para que puedan ver cómo lo hacen e intenten copiarlos. Esto lo ayudará a familiarizarse con el proceso.