Por Arq. María Florencia Oña La Micela
La tendencia de convertirse en sustentable, se ha vuelto una prioridad en nuestra sociedad. Y en este nuevo enfoque, encontramos edificios y diseños que persiguen esa cualidad. Mientras varios diseñadores se encauzan en los sistemas pasivos y activos; la reutilización de materiales está comenzando a destacarse como un método innovador, eficiente y de gran expresión artística.
Esta propuesta de reutilizar materiales va desde lo más tradicional, existente en un sitio y alrededores más próximos como: madera o tierra; hasta los menos convencionales, como los provenientes de desechos o demoliciones.
Los materiales de construcción más comunes tienen métodos de reciclado alternativos. El hormigón, el metal, el vidrio, el ladrillo, incluso el plástico, pueden ser producidos con la presencia de algún componente; disminuyendo considerablemente los requerimientos energéticos para su producción.
Vamos a explorar algunos ejemplos de edificios en los cuales la reutilización de un componente o material existente, se ha convertido en el objeto disparador de la propuesta arquitectónica. Esos son casos concretos de las diversas opciones que tiene un material para ser reciclado y reutilizado.
El primero, se trata de un edificio de oficinas y residencia ubicado en Shangai. Los arquitectos Archi-Union desarrollaron un sistema de cerramiento el cual contiene una grilla de latas reutilizadas. La fachada incluso puede ajustarse a la iluminación requerida en el interior.
Con la utilización de las latas en su estado actual, sin la necesidad de un proceso de reciclado extra, lograron optimizar la utilización energética. Gracias al manejo de diferentes técnicas y sistemas renovables, el edificio se convierte en sustentable. El nivel de acceso y de subsuelo ocupa espacios de oficinas, mientras que los niveles dos y tres están destinados a la recreación y a unidades de viviendas independientes.
Las latas se acomodan regularmente sobre una grilla, la cual es enmarcada, manteniendo la estructura iluminada y ajustable a sus ocupantes. La fachada funciona como un dispositivo de calentamiento y enfriamiento, filtrado de agua de lluvia, permitiendo mayor eficiencia y minimizando la perdida energética.
El segundo caso es el hotel Prahran de Techne Architecture + Interior Design. Un edificio de dos plantas ubicado en una esquina, compuesto por una construcción de líneas estilo art deco y una adición de grandes tubos de concreto apilados. Las razones de esta decisión fueron múltiples: los tubos tienen profundidad, pudiendo ser espacios interactivos, tienen una cualidad dramática y escultural a la vez. Hacen referencia a barriles apilados, completando la composición de líneas circulares.
Un patio vidriado conecta los dos niveles permitiendo el ingreso de luz al interior. La estructura metálica es expuesta y el hormigón visto de los tubos, completan la paleta de materiales y colores. El diseño logra ser exitoso debido a la calidad del ambiente y la intimidad que se logra en el interior.
Por otro lado, la casa collage de S+PS Arquitectos, ubicada en Mumbai –India-, dialoga con los asentamientos en la ciudad. Adoptando ciertas características, como la adaptabilidad, la versatilidad, variedad de recursos y una cierta ingenuidad; el lenguaje visual surge de un objeto encontrado, utilizado a modo de parche y collage.
El proyecto fomenta la idea de reciclado en diversas formas, desde el aspecto físico del material, la energía, hasta lo más sensorial como la historia y espacios de memoria.
La fachada principal está dedicada al reciclado de viejas ventanas y puertas de viviendas demolidas en la ciudad. Convirtiendo el interior en el espacio de estar más grande de la vivienda, complementándose con el hormigón visto, la piedra pulida de color blanco, tuberías metálicas son dispuestas en forma de muro y elementos estructurales.
Un lenguaje diferente emerge entre lo nuevo y lo familiar. En la reutilización de objetos de la memoria o materiales reciclados, se abre la posibilidad de repensar las nociones de belleza y lo que damos por hecho a nuestro alrededor sin notarlo, para experimentar el potencial que existe en el reciclado.
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