De los tres títulos que llegan hoy a la cartelera cinematográfica local, el más promocionado es “300: El nacimiento de un imperio”, continuación de la taquillera “300”, de 2006, y también basada en un popular comic épico-histórico de Frank Miller.
Otro campo de batalla
“300: El nacimiento de un imperio” llega con nuevo director (Noam Murro en lugar de Zack Znyder, aunque este último sigue figurando en el rol de guionista), nuevo elenco (no está el rey Leónidas de Gerard Butler) y nuevo campo de acción (esta vez el escenario de las batallas es el mar).
Ahora el general griego Temístocles (Sullivan Stapleton), héroe de la armada ateniense en el 550 a.C., intenta unir a toda Grecia al liderar el ataque contra los persas, a su vez conducidos por el mortal devenido dios Jerjes (el brasileño con gran proyección hollywoodense Rodrigo Santoro) y la vengativa comandante Artemisa (Eva Green).
Ni secuela ni precuela, “300: El nacimiento de un imperio” es más bien una película complementaria de la anterior, ya que tiene momentos que transcurren antes que la primera, otros que transcurren después y también hay situaciones que transcurren en simultáneo con la “300” original.
Aunque muchas de las historias se entrelazan, no es necesario haber visto la primera “300” para entender ésta.
Más vampiros enamorados
“Academia de vampiros”, que también se estrena hoy entre nosotros, vuelve a repetir la fórmula de “Crepúsculo” pero ahora basada en otra colección libresca: la de la autora estadounidense Richelle Mead (aquí editada por Aguilar).
La película, una suerte de “Harry Potter” con vampiros, muestra a un grupo de jóvenes chupasangres que asisten a una academia, llamada St. Vladimir, para aprender la magia de la que son capaces.
Pertenecen a la secta de los Moroi, vampiros mortales y pacíficos, en tanto que los Damphir (mitad humanos) son sus guardianes encargados de proteger a los Moroi de los vampiros malvados, los Strigoi, que son inmortales y se chupan la sangre de cuanto animalito de Dios anda caminando por ahí.
Los Dhampir, por su parte, tienen la obligación de cumplir exclusivamente con su rol de guardianes, por lo que no les está permitido enamorarse. Y ese será precisamente el drama de Rose, una vampira guardiana que terminará enamorada de su tutor en la academia.
Sin embargo, Rose no deberá perder de vista a su amiga Lissa, a quien custodia y de la que se ha vuelto amiga inseparable.
Gabriel Byrne, Zoey Deutch, Lucy Elizabeth Fry, Danila Kozlovsky, Olga Kurylenko y Dominic Sherwood encabezan el elenco de este producto que dirigió Mark Waters (“Los fantasmas de mi ex”).
Dos a quererse
Primer protagónico en cine del cantautor español Ismael Serrano, “Luna en Leo”, que dirigió el argentino Juan Pablo Martínez, es una comedia romántica que retrata en apenas 72 minutos una primera salida entre un hombre interesado y una mujer que no se decide.
Timidez, recelo, ilusión, tensión, coqueteo y mentiras conforman el complejo paquete emocional que transita de principio a fin esta película que cuenta con un guión escrito por los mismos Martínez y Serrano, acompañados por Jimena Ruiz Echazú.
“Se trata de una historia de amor en su versión más simple: lo que significa una primera cita entre dos jóvenes de treinta y pico, las variables que se ponen en juego en ese momento de la vida. De alguna manera, refleja un paradigma generacional”, explicó el director.
Como imantados por los designios antojadizos de la astrología, los protagonistas de esta historia se encuentran cuando la luna está en el signo de Leo: tiempo -según dicen- de drama y demanda de afecto. Momento cósmico en donde la creatividad, las pasiones y el romanticismo, parecieran estar mejor dispuestas para fluir.
Mientras tanto, ellos, ajenos a la voluntad de los planetas, se encuentran, se miden, se seducen y se prueban con la precisión milimétrica de una partida de ajedrez.
Consultado sobre la tarea de dirigir a un músico, Martínez admitió que Ismael Serrano resultó un actor muy “fácil y absolutamente permeable”.
“En sus shows Ismael se la pasa hablando, contando historias entre canción y canción, así que su gusto por lo actoral y la interpretación hicieron que fluyera perfecto en la película”, fundamentó a modo de resumen de la experiencia.
La actriz es la cordobesa Carla Pandolfi.