La obra artística de Alejandro Urdapilleta resulta fascinante para la mayoría de los actores y directores de teatro argentino. Y en el camino de formación, toparse con alguno de sus textos significa un desafío y entrar en un relato que encierra mucho más que una risa.
Para la actriz mendocina Ana Prada el descubrimiento de "La Mamaní" fue una aventura que alguna vez quería llevar a escena.
Y ese monólogo del libro "Vagones transportan humo" es la historia que Prada junto a Vanina Coraza y Érica Gómez adaptaron bajo el título de "La Mamanís", obra que estrenan esta noche en la Casa Violeta (Paraguay 1478, Godoy Cruz).
Aferrarse y sobrevivir
Zulema Ríos, una inmigrante boliviana devota del Pájaro Chouís, que vive en Isla Maciel es la protagonista del relato. Ella cuenta su testimonio de cómo llegó a ser “testigo de la luz carismática del pájaro Chouís”, luego de haberse enfermado de “los nervios” por tantas desventuras familiares.
“Lo interesante es lo que dice. Pone el foco en personajes marginales, indigentes, y contarnos un poco de que se trata su vida, quien es esa persona y como llegó ahí”, sintetiza Ana Prada sobre la obra de Urdapilleta que conoció durante su formación con Juan Carlos Gené, y además tuvo la suerte de ser parte de la dirección de “Miel de avispas”, proyecto del actor y escritor fallecido, uno de los representantes del nuevo teatro argentino.
En su regreso a Mendoza a principios de este año, la actriz se reunió con Coraza y Gómez (amigas y colegas), y conocedoras de la cultura latinoamericana decidieron formar una nueva propuesta.
Pero el gran desafío para las tres actrices, era convertir el monólogo en una obra de teatro, donde todas fueran una Mamaní.
“Comenzamos a trabajar el monólogo con la idea de llevarlo a formato de obra, porque ya no iba a ser una sola Mamaní. Hicimos una dramaturgia de actores, y en ese proceso de investigación pedimos colaboración para resolver el trabajo en la coordinación a Graciela Lopresti. Primero hicimos un trabajo de investigación, en la estructura y las costumbres. Luego estudiamos el texto, y cada uno armó su personaje, y creamos otras escenas. Y recién ahí a través de un juego comenzamos a fragmentar el texto. Lo dice una, pero a la vez la otra lo está viviendo”, cuenta la actriz sobre el proceso de creación.
Y bajo el registro del autor, una comedia trágica, el personaje sufre la marginalidad y el engaño, atravesado por los problemas familiares (un marido violento, un hijo adicto, la enfermedad de su hermana). Ahí la riqueza del texto que con humor se habla del drama propia de la discriminación social y de las ausencias de afectos.
“Es una comedia con tinte trágico, y eso tiene que ver con la marca registrada de Urdapilleta. Él a través del humor, de la risa, te hace a vos como espectador recibir a esa personaje. Vos te reís, pero te vas dando cuenta de que te reís del absurdo, de la crueldad. En este caso es un personaje marginado, pero la clave está en cómo lo miras. A través de la risa vas viendo la realidad, y cómo se trata en este caso al extranjero”.
Bajo una puesta precisa, con un trabajo técnico y de comunicación entre las actrices, este personaje de desdobla en tres, con la construcción que cada una hizo y el engranaje escénico.
Tras ese trabajo de campo, el colectivo de mujeres necesitaba la mirada de un director, y convocaron a Graciela Lopresti, conocedora de los códigos de la comedia. “Luego de un par de meses trabajamos las tres actrices, su corporalidad, la música, los textos, las tareas que suele hacer una cholita. Y a empezar a jugar. Pero necesitábamos la mirada del director, para coordinar el trabajo que veníamos haciendo.
Además nos parecía lindo que fuera una directora mujer. Por eso convocamos a Graciela, quien nos ayudó a poner en escena esos textos, y el registro que tiene ella de la comedia, se nota su trabajo. Nos organizó en lo actoral y la puesta en escena”, afirma Vanina Coraza, otra de las actrices protagonistas de la obra.
En esa construcción del mundo que rodea a Mamaní, la música y el canto son parte de la puesta, y el colectivo de actrices contó con el asesoramiento de la cantante Sandra Amaya en el trabajo vocal y la interpretación del canto típico de la puna.
Prada, Coraza y Gómez se convierten en una de las tantas Mamaní que son parte de nuestra sociedad, y abren su corazón para contar sus penas y sueños en la sobrevivencia.
La ficha
La Mamanís
Actúan: Ana Prada, Vanina Coraza y Érica Gómez.
Colaboración de dirección: Graciela Lopresti.
Día y horario: hoy, a las 21 y 22.30.
Lugar: Casa Violeta (Paraguay 1478, Godoy Cruz).
Reservas: 4280190