Tres mujeres cumplieron el sueño de elaborar su propio vino

En una actividad dominada por hombres, ellas decidieron envasar y vender “Vino de Mujeres”. Esfuerzo y pasión.

Tres mujeres cumplieron el sueño de elaborar su propio vino
Tres mujeres cumplieron el sueño de elaborar su propio vino

"Ha sido un desafío grande para nosotras porque todo lo que tiene que ver con la viña y con el vino siempre estuvo muy relacionado con los hombres. Es como con el asado ¿viste? No sé por qué pero se supone que tiene que hacerlo un hombre y con el vino pasa más o menos lo mismo", dice Silvia Zanelli, en su casa de La Reducción, un distrito rural de Rivadavia donde ella y su esposo tienen una pequeña finca de 4 hectáreas.

"Hace tres años y junto con otras dos mamás decidimos que además de acompañar a nuestros maridos a las reuniones de la asociación, podíamos hacer algo más productivo. Así nació esta idea, la de tener nuestro propio vino", recuerda Silvia y esas reuniones de las que habla y a las que acompañaba a su esposo, son las de la Asociación de Vino Casero del Este, integrada por pequeños productores de Rivadavia y San Martín, que hace algunos años unieron esfuerzos para elaborar y comercializar sus propios caldos.

En un rincón de esas reuniones Silvia se asoció con Sandra González y con Nancy Fiorenze y así, con mucho esfuerzo, bajo algunas miradas escépticas, pero con la ayuda de sus familias y el apoyo del Inta y de Cambio Rural nació "Vino de Mujeres", un vino dulce que desde hace tres años ellas mismas elaboran y envasan, para luego comercializar en ferias, exposiciones y eventos, algunos de ellos pequeños pero otros tan trascendentales como la Rural 2018 donde Vino de Mujeres fue distinguido como "producto innovador".

Sandra y Nancy viven en Alto Verde y en Chapanay, de San Martín y a 45 kilómetros de la casa de Silvia aunque la distancia no les impidió avanzar con el proyecto: "Fue un largo proceso en el que discutimos la marca, el diseño de la etiqueta y por su puesto el vino, donde apostamos a la calidad y a terminar con esa idea de que un vino casero es necesariamente mediocre y descuidado", dice Sandra y completa: "Nosotras siempre le decimos a la gente que cuando vean en una feria un stand de vino casero se arrimen y que prueben una copa, porque somos muchos los productores que trabajamos desde nuestras fincas y con pasión en lo que hacemos".

Pasión es una premisa que las tres repiten todo el tiempo y que, aseguran, está en el ADN del producto; también hablan del esfuerzo: "Ninguna de nosotras es enóloga pero todas nos hemos criado en la viña. Sabemos lo que es cosechar, podar y atar porque incluso aún lo hacemos para ahorrar costos", cuenta Nancy, que tiene su pequeña finca en Chapanay, al norte de la ciudad de San Martín.

La elaboración de Vino de Mujeres implica que las socias están presentes en todas las etapas: desde la cosecha y la molienda en las pequeñas bodegas familiares, hasta el envasado, el etiquetado y la comercialización, que incluye el contacto con grupos de productores y de artesanos, con oficinas de Turismo, con los municipios y las vinotecas: "Nuestras hijas también participan, es un proyecto de mujeres para mujeres", insiste Silvia y subraya: "Eso implica estar en todo y saber repartir los tiempos porque cada una también lleva adelante su casa".

El Concejo Deliberante de Rivadavia distinguió a Silvia Zanelli y con ello a sus socias por el vino que elaboran y también lo hizo en 2018, el Encuentro Nacional de Mujeres Rurales, que se realizó en Mercedes, Buenos Aires y al que asistieron 250 invitadas de todo el país: "Compartimos experiencias con mujeres que se dedican al algodón, a la yerba mate, a los cítricos, a las ovejas o al ganado vacuno y todas, de una manera o de otra vamos ganando espacios en oficios que siempre han sido de hombres", se entusiasma Sandra.

Silvia escucha y confirma con un gesto: "Lo que tiene que perdurar, más allá de nuestro Vino de Mujeres, es la idea de que se pueden concretar los proyectos, que los jóvenes no tienen que pensar en dejar el campo e irse a la ciudad, como ocurre hoy con el 80% de ellos. Hay que creer en los sueños y trabajar para cumplirlos. Es una época difícil para el campo pero no hay que aflojar".

Elaboran rosado, blanco y tinto

Aunque el producto forma parte de una misma marca y todos son vinos caseros y dulces, cada una de las socias elabora su propio varietal: el de Silvia es un vino rosado, el de Sandra es blanco y el que elabora Nancy es tinto.

La marca tiene ya tres años en la calle y hoy, en conjunto suman casi 5.000 botellas elaboradas, que se ofrecen en ferias y eventos, incluso en ámbitos tan particulares como un desfile de moda en San Martín, donde el Vino de Mujeres fue presentado con muy buena aceptación.

"Nuestro vino tiene un precio de venta de $ 120 pesos; accesible para un producto que hacemos con mucho cariño y pasión", coinciden las tres productoras.

Un correo de contacto es Silvanazanelli8@gmail.com.

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