Cada vez más mujeres tienen cargos decisivos en la política y los gobiernos del mundo. Abanderadas por Ángela Merkel -la canciller alemana y para muchos la mujer más poderosa del planeta- tres mujeres de países muy distantes y diversos, pelean por conducir a sus pueblos y han tomado protagonismo en los últimos días.
Por un lado, en la remota Nueva Zelanda, la líder opositora laborista Jacinda Ardern quedó en condiciones de formar gobierno en Nueva Zelanda tras obtener el apoyo de los diputados del partido nacionalista Nueva Zelanda Primero (NZF).
En el hemisferio Norte, y nada menos que en Rusia -segunda potencia mundial-, la periodista, actriz y presentadora de televisión Ksenia Sobchak anunció que presentará su candidatura a la Presidencia de Rusia en las elecciones de marzo de 2018.
También al Norte, en otra potencia económica como Japón, la mediática Yuriko Koike se ha convertido en la protagonista absoluta de la campaña electoral a pesar de no ser candidata para las elecciones del 22 de octubre.
La actual gobernadora de Tokio ha revolucionado el panorama político nipón con un nuevo partido. Koike, de 65 años, hizo historia el verano de 2016 al ganar de manera aplastante como independiente las elecciones al gobierno de la capital nipona, un puesto que nunca había ocupado una mujer.
Jacinda Ardern (37), una comunicadora laborista que trabajó con Blair
Ardern, cuyo partido obtuvo 46 bancas en las últimas elecciones, tendrá, sumando los 8 diputados ecologistas y los 9 nacionalistas, el apoyo de 63 diputados, dos más de la mayoría absoluta de 61.
“Es un gran día. Aspiramos a ser un gobierno para todos los neocelandeses, un gobierno que aprovechará las oportunidades para construir una Nueva Zelanda más justa, mejor”, declaró Ardern.
"Teníamos la opción entre un statu quo modificado o el cambio", explicó por su parte Winstons Peters, líder de Nueva Zelanda Primero.
Peters se hizo desear varias semanas antes de anunciar su apoyo a Ardern en detrimento de Bill English, primer ministro saliente, líder del Partido Nacional de centro-derecha, que dispone de 56 diputados.
Peters se deshizo en elogios de Ardern, 37 años, que logró una espectacular remontada en las últimas semanas de la campaña electoral, logrando que su partido ganar 14 diputados.
Peters, 72 años, de origen maorí y escocés, se opone a la inmigración asiática y preconiza un proteccionismo económico.
Los laboristas y los verdes deben aprobar formalmente la formación de un gobierno de coalición con Peters, que convertiría a Ardern en el jefe de gobierno más joven de Nueva Zelanda desde 1856 y en la tercera mujer en ejercer el cargo de primera ministra.
Ardern, hija de un policía, nacida en 1980 en Hamilton, a 130 km al sur de Auckland, hizo estudios de comunicación y luego trabajó para la primera ministra Helen Clark y, en Londres, con el ex primer ministro Tony Blair.
Por su edad y su fulgurante carrera, Ardern ha sido comparada al presidente francés Emmanuel Macron y al primer ministro canadiense Justin Trudeau.
Ksenia Sobchak (35), con la misión imposible de derrotar a Putin
“Tengo una actitud responsable hacia las acciones en el ámbito público y, consciente de los riesgos y la gran complejidad de la tarea, he decidido que mi participación en los comicios presidenciales puede ser un paso hacia los cambios que el país tanto necesita”, escribió Sobchak en la presentación de su candidatura a la prensa.
Hija del ya fallecido Anatoli Sobchak, quien fue alcalde de San Petersburgo y a quien el mandatario ruso, Vladimir Putin, reconoció como su mentor, la presentadora, de 35 años, participó activamente en las protestas de 2012 organizadas por la oposición para denunciar fraude en las presidenciales de ese año. “En los cinco años transcurridos desde la ola de protestas de 2012 mi ideas políticas se han consolidado y estoy dispuesta a declararlas y a defenderlas al más alto nivel”, señaló.
Y agregó que, pese a los intentos de los burócratas de comprometerla, de los ataques de parte de sus “amigos liberales” y las “especulaciones de politólogos de diván”, su candidatura presidencial “puede y debe ser útil tanto para la oposición como para toda la sociedad”.
Sobchak admitió que las elecciones de marzo no ofrecen las mejores opciones, ya que los candidatos son los de siempre y no pueden participar algunos que podrían cambiar el estado de cosas, en aparente alusión al líder opositor Alexey Navalni, inhabilitado para presentar su candidatura por tener antecedentes penales.
Aun así, subrayó que “los ciudadanos pueden y deben manifestar su desacuerdo con el poder, que quiere mantenerse un cuarto de siglo; con la destrucción de la educación y la sanidad, con la monstruosa corrupción y propaganda que impregna desde la escuela rural hasta el Kremlin”.
Yuriko Koike (65), en el país donde los hombres mandan en política
La carismática política Yuriko Koike, acusada de populista por sus adversarios, quiere batir al actual primer ministro Shinzo Abe, con el sorprendente y repentino lanzamiento del nuevo Partido de la Esperanza.
Tras la euforia inicial, Koike, que fue presentadora de televisión y traductora de árabe antes de lanzarse a la política, decidió no concurrir como candidata y seguir como gobernadora de la gran metrópoli nipona, lo que no le ha impedido remover los sólidos cimientos de la inalterable política japonesa.
Quienes la conocen saben que su objetivo es seguir rompiendo barreras y llegar antes o temprano a convertirse también en la primera mujer en el cargo de jefa del Gobierno, en un país donde el dominio de los hombres es absoluto en la política y otros muchos sectores.
La gobernadora, con grandes dotes de comunicadora, ha basado toda su campaña en aparecer como alternativa a los viejos partidos políticos. Un corto matrimonio a la edad de 21 años durante su estancia en El Cairo, donde se mudó en los años 70 para aprender árabe, es de los pocos datos que han trascendido de la vida privada de esta mujer, cuya afición por Oriente Medio le llegó de su padre, un rico comerciante de petróleo.
Ecologista, nacionalista y liberal en lo económico, Koike ha sido ministra en dos ocasiones. Desde 2003 a 2006 estuvo a cargo de la cartera de Medio Ambiente durante el Gobierno de Junichiro Koizumi, su mentor y gran apoyo político.
En 2007, durante el breve primer gobierno del actual primer ministro, Shinzo Abe, consiguió el hito de ser nombrada la primera mujer al frente del Ministerio de Defensa, aunque dimitió 54 días más tarde.