Mientras los principales dirigentes de los clubes más importantes buscan adeptos para la concreción del proyecto de la Superliga y también siguen a cuenta gotas trabajando en los comicios que deberían celebrase allá por fines de junio (29), el futuro deportivo e institucional de la Asociación del Fútbol Argentino muestra grietas que parecen tener cura solamente en el largo plazo.
Al menos eso es lo que se desprende de un informe del Diario La Nación, donde se muestra tanto la deuda que una treintena de instituciones mantienen con la entidad madre de nuestro fútbol, como así también aquellos que por diferentes motivos en la actualidad son acreedores de AFA.
En el caso de los equipos mendocinos que participan en diferentes categorías a nivel nacional, hay un antes y un después en los números del ente regulador. Mientras Godoy Cruz (Primera División), Gutiérrez Sport Club y el Deportivo Maipú (los últimos dos del Torneo Federal A) aparecen temporariamente como reclamantes de dinero, Independiente Rivadavia (B Nacional) está en la nómina de instituciones que más dinero adeuda a las golpeadas arcas afistas, con un monto aproximado de $ 9.837.452.
Por el lado de Gimnasia (tercer representante provincial en el Federal A), su situación parece estar saneada ya que no aparece como deudor ni acreedor.
“Ese dinero es el que corresponde por mes a los equipos del Federal A. En el caso nuestro, es la deuda que AFA tiene desde que se inició el torneo. No nos han pagado nunca y prometieron que lo van a cancelar desde aquí y hasta fin de año. El año pasado sucedió lo mismo con los pagos. Según tenemos entendido, nos van a pagar incluso durante junio, julio y agosto, que son meses en los que no hay competencia para nosotros”, nos contó ayer, el presidente de Maipú, un molesto Omar Sperdutti.
¿Qué dice el informe?
LA AFA es el Fondo Monetario de los clubes argentinos. En los últimos 10 años, prestó una montaña de dinero en forma de adelantos televisivos, canje de cheques, pago de embargos y hasta sueldos atrasados de futbolistas profesionales. Como la Asociación siempre entregó divisas sin interés y nunca se preocupó por la devolución de los fondos, terminó desfinanciada.
Las cuentas muestran que en abril pasado los clubes afiliados debían algo más de $ 985 millones. La cifra implica una mejora de alrededor de $ 25 millones en relación con el rojo que exhibían las cuentas con la AFA en 2015, cuando los compromisos superaron los $ 1.000 millones y habían aumentado el 473% respecto de 2006. Hace una década, los clubes debían algo más de $ 176 millones a la AFA.
NO FUE UNA SOLUCIÓN
El Fútbol Para Todos, cuyo objetivo era fortalecer las economías de las instituciones, fracasó en el intento. No consiguió que las mismas dejaran de alimentarse de la AFA. En 2009, el rojo de los clubes con la Asociación era de $ 348 millones (incremento del 27% en relación a 2008).
Al 31 de diciembre de 2010, a un año y cuatro meses de instalado el programa que llevó el ingreso por los derechos televisivos de $ 268 a $ 600 millones anuales, la deuda de los clubes había crecido un 38%: 479 millones.
Ayudar a los clubes en problemas económicos fue una herramienta de Julio H. Grondona para amasar poder. El histórico presidente de la AFA atendía a todos los dirigentes que se presentaran en su despacho. Grandes, chicos y medianos. El gen grondonista está impregnado en los clubes que más compromisos contrajeron con la casa del fútbol.
LOS QUE MÁS DEBEN
El primero es Independiente, que adeuda a la AFA siete veces más que en 2006. Julio Comparada, primero; Javier Cantero, después, y Hugo Moyano, desde julio de 2014, contribuyeron a que el Rojo hoy deba a la AFA $ 100 millones. El número, es cierto, se redujo en los primeros meses de este año: en 2015 se había elevado a $ 106 millones.
El segundo en el ranking es Argentinos Juniors, el club del actual titular afista: Luis Segura, un histórico aliado de Grondona. El sucesor de Don Julio se mantuvo al frente del club desde 2002 a 2015. Salvo en 2011, siempre aumentó su deuda. El atraso de $ 98 millones que hoy tiene el Bicho implica un incremento de 25 veces en 10 años.
El descenso a la B Nacional, en abril de 2014, provocó que el club necesitara ayuda de la AFA: ese año su deuda aumentó un 55%. Al año siguiente con el objetivo de regresar a la élite, volvería a recibir una mano de la tesorería: el impago trepó hasta rozar los $ 74 millones.
El tercer escalón del podio de deudores es para Banfield, con algo más de $ 85 millones. Se sustenta en un salto del 193% ocurrido en 2015, cuando regresó a Primera y pasó de deber a la AFA $ 27,5 millones, a casi $ 81 millones. Más abajo en el listado aparece Quilmes, club que padece por estos días la obligación de tener que devolver parte de los millones que le prestaron.
El plan de desendeudamiento aprobado por AFA lo impacta de lleno: al Cervecero le descuentan $ 674.000 de los $ 3,5 millones mensuales de la TV. Esta sangría inesperada provoca efectos colaterales: el plantel profesional hace cuatro meses que no cobra y decidió no entrenarse hasta que no aparezca una solución.
En la última década, el rojo quilmeño con AFA se multiplicó por diez. Dos de los máximos responsables de la situación actual fueron Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete del kirchnerismo que firmó el Fútbol Para Todos, y José Luis Meiszner, el canciller de Grondona, que llegó a ser secretario general de la Conmebol y está implicado por Estados Unidos en el escándalo de corrupción y lavado de dinero conocido como FIFAgate.
LOS OTROS 'GRANDES'
El segundo club más popular en la nómina de morosos es San Lorenzo, con $ 50 millones de deuda. Incrementó siete veces su dependencia económica de la AFA en la última década. Su caso tiene dos explicaciones: primero, la ayuda financiera que recibió Rafael Savino en su último año de presidencia en 2009.
Esa temporada, el Ciclón acrecentó su deuda en un 80%. En 2012, Matías Lammens y Marcelo Tinelli se hicieron cargo del club y comenzaron con un progresivo desendeudamiento, que estabilizó las cuentas del club y lo independizó financieramente. En 2016, sin embargo, la deuda con AFA saltó de los $ 24 millones a los $ 50 millones actuales.
River, un caso aparte. Gracias al fuerte ingreso de divisas en el último año (campeón de la Libertadores 2015, vendió jugadores por montos millonarios en dólares), liquidó el saldo de su cuenta corriente con AFA y es uno de los pocos que pueden jactarse de ser acreedores. En la última década, la situación no era alentadora.
En 2013, un año después de regresar a Primera, la deuda llegó a los $ 83 millones. Fue la última temporada con Passarella de presidente. En 2010, el primer año del Káiser en el poder, River se endeudó: las ayudas económicas subieron un 108%. Al año siguiente, en 2011, se fue al descenso.
Boca, por su parte, también afronta sus compromisos impagos con la AFA: de los $ 30 millones que debía a la AFA en 2015, ahora tiene $ 10 millones, según las cuentas oficiales a abril de 2016. El único gran salto que muestra la evolución histórica de sus compromisos con la AFA en la última década se da en 2009, con Jorge Amor Ameal como presidente. De $ 184.627 que Boca debía saltó a $ 16.728.983, un incremento del 8.961%.
Pese a la inflación acumulada, Racing debe menos que hace una década. Empezó con $ 11,4 millones, cuando estaba administrado por Blanquiceleste. Pasó por el órgano fiduciario y después volvió a los socios. Tocó un pico de $ 23 millones de deuda con AFA en 2013, pero fue acomodando sus números hasta llegar a la situación actual.
El plan de sinceramiento de deuda y pago efectivo, que comenzó este año con los descuentos a los clubes en sus ingresos, terminó de enterrar aquella economía informal y unipersonal que gobernó a la AFA durante la era grondonista. A pesar de la presencia formal de una tesorería, una secretaría general y una secretaría ejecutiva de la presidencia, la realidad es que la arquitectura económica y financiera de la AFA dependió exclusivamente de la discrecionalidad de Grondona.
"LA AFA NO PODÍA SER CONTROLADA POR EL ESTADO"
El ex jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, argumentó que la “AFA no podía ser controlada por el Estado” al rechazar la imputación que pesa sobre él en la causa por los supuestos desvíos de dinero de origen público en la causa Fútbol para Todos.
“No existió, por parte de quienes integraban el Gobierno, falta de cuidado de los montos dinerarios”, sostuvo el actual senador nacional por el Frente para la Victoria, en un escrito que presentó ante el juzgado federal a cargo de María Servini de Cubría, ante quien se abstuvo de responder preguntas.
La jueza está al frente de una causa en la que se investiga el supuesto desvío de dinero de origen público. Abal Medina inició la secuencia de indagatorias a los tres jefes de Gabinete del gobierno kirchnerista desde que empezó el programa Fútbol para Todos en 2009, que mañana continuará con el actual intendente de Resistencia, Jorge Capitanich. En tanto, el próximo martes también deberá presentarse Aníbal Fernández. En la causa ya prestaron declaración el actual titular afista, Luis Segura, y el secretario general, Miguel Silva.
El actual senador hizo el descargo en un escrito de 60 páginas y se negó a contestar preguntas. Según trascendió, el ex funcionario destacó las “mejoras” que hubo durante su función en el programa, creado antes de que él llegara a la jefatura de Gabinete. También destacó que “se intentó sanear deuda de los clubes de fútbol con distintos organismos públicos” como ser la AFIP y la ANSES.
Abal Medina planteó que no se trató de fondos públicos, porque dejaron de ser públicos cuando se transfirieron a la AFA, siguiendo la misma línea que sostiene Aníbal Fernández. Además derivó en la AFA el direccionamiento del dinero y afirmó que “la AFA no puede ser controlada por el Estado”. Lo mismo sostuvo el ex vicegobernador Gabriel Mariotto cuando el mes pasado también fue indagado y deslindó, en la dirigencia de la AFA, el destino del dinero.