Tres grandes grupos de tenedores de bonos salieron este lunes a rechazar la oferta que hizo el Gobierno nacional para reestructurar la deuda emitida bajo legislación extranjera y se complican así las gestiones para evitar el default que, por ahora, se extenderán hasta el viernes próximo.
A través de un comunicado conjunto, el Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos de Cambio de Argentina adelantaron que no se sumarán al plan que diseñó el ministro de Economía Martín Guzmán, que contempla quitas del 62% en los intereses y un período de gracia de tres años.
“Cada uno de los tres grupos de tenedores de bonos y las instituciones que representen, junco con varios otros inversores, desean reiterar y dejar en claro que no se pueden respaldar la oferta de intercambio recientemente anunciada por la República, y no entregarán sus bonos a dicha oferta porque, entre otras razones, los términos requieren que los tenedores de bonos argentinos sufran pérdidas desproporcionadas que no son justificadas ni necesarias”, remarcaron.
Ratificaron así su postura cuando restan días para que venza el plazo que el Gobierno nacional presentó ante la SEC de los Estados Unidos para que los acreedores privados se sumen al programa de reestructuración. Sin embargo, la Casa Rosada tiene la potestad de ampliar ese período más allá del 8 de mayo.
A pesar de la renovada negativa, en el mismo comunicado se indicó que “cada uno de los tres grupos de tenedores de bonos está preparado para discutir constructivamente con la Argentina cuando su Gobierno esté listo para hacerlo, con el objetivo común de encontrar una solución viable a los desafíos financieros actuales de la República”.
El pasado 20 de abril, estos tres grupos, que incluyen los fondos administrados por Ashmore, BlackRock, Fidelity, también se habían pronunciado para cuestionar el ofrecimiento del gobierno, aunque lo hicieron de manera individual.
En aquella oportunidad indicaron que la propuesta no cumple con las expectativas y por ello piden ampliar las conversaciones para, tal como propone la Casa Rosada, llevar a un entendimiento de “buena fe”.
Sin embargo, desde la Casa Rosada se ocuparon de remarcar que la oferta no se modificará porque se ajusta a la capacidad de pago real de la Argentina y reiteraron que el país afronta un volumen de deuda insostenible.