Mientras almuerza, Mariano (17) charla alegremente con sus compañeros de módulo de la Dirección de Responsabilidad Penal Juvenil, ex Cose, pero cuando comienza a rememorar su historia, no puede evitar la tristeza en su rostro. Él, aquí con un nombre ficticio, lleva nueves meses de encierro por robo agravado y no ve la hora de salir. Es la segunda vez que le toca cumplir condena ya que, según cuenta, tuvo una vida difícil.
"Desde los 14 viví solo en la calle, me alejé de mi familia porque estaba enemistado con unos chicos de otro barrio y no quería que le hicieran mal a ellos", recordó. Por ello tuvo que dejar la escuela y sólo dormía abrigado cuando se colaba en algún auto. Así encontró en las drogas su único refugio.
Por situaciones similares pasaron muchos chicos que hoy se encuentran privados de la libertad. De hecho tres de cada 10 adolescentes que cumplen condena en estos centros en Cuyo, vivieron alguna vez en la calle. Además casi nueve de cada diez probaron marihuana y casi siete de cada 10, cocaína.
Son datos del estudio "Las voces de las y los adolescentes privados de libertad en Argentina", realizado en conjunto por Unicef y el Centro de Estudios de Población (Cenep) con chicos detenidos en centros de todo el país. El informe permite concluir que los jóvenes que ingresan a los centros de privación de la libertad son los que tienen mayor vulnerabilidad y menores recursos para enfrentar tanto los riesgos sociales como el proceso penal, y eso determina que se los encierre. Lo que, en algunos aspectos, se ve acentuado en Cuyo.
Si se observa el total del país, el 28,3% de los chicos privados de libertad vivieron en la calle, mientras que para nuestra región el dato asciende a 31,4%. Un dato preocupante, ya que, tal como se resalta en el documento, "la vida en la calle para un adolescente es posiblemente uno de los entornos de mayor vulnerabilidad que puede enfrentar en esa etapa de su vida". En el informe se detalla además que a nivel nacional el 14,2% de los consultados vivió alguna vez en un hogar de menores, número que en Cuyo sube a 25,7%. "Son chicos que sufrieron abandono, violencia, maltrato, abuso sexual, por lo cual fueron separados de sus padres", explicó Mariángeles Misuraca, oficial de Protección y Acceso a la justicia de Unicef.
En cuanto al consumo de drogas, el estudio concluye que 87,1% de los jóvenes privados de la libertad de Cuyo probó alguna vez marihuana, cuando el promedio del país es de 84,3%, además que en nuestra región 65,8% probó alguna vez cocaína, frente al 49,8% del promedio nacional. Situación similar se da con las pastillas psicotrópicas. En Cuyo las probaron 62,9% de los internos y a nivel nacional 57,1%.
En este aspecto Misuraca remarcó que se busca focalizar no tanto en los chicos, sino en la ausencia de políticas de prevención de consumo de sustancias por parte del estado. "Lo que sucede es una consecuencia de la ausencia de trabajo en territorio", señaló.
Otro dato en el que sobresale nuestra región es en la sobre-edad escolar. De acuerdo con la edad los encuestados, el nivel educativo correspondería a "secundario". Sin embargo, en la región Cuyo el 34% de los chicos se encontraba en el nivel primario antes de ingresar al centro cerrado, frente al 23,7% del nivel nacional.
En este sentido, la oficial de Protección y Acceso a la justicia de Unicef, sumó que del total del país sólo un 50,8% iba a la escuela antes de ingresar al centro cerrado, mientras que un 77,2% repitió algún grado y que un 77,6% abandonó la escuela por algún tiempo antes de su ingreso.
Consultado sobre la situación de los jóvenes privados de la libertad en la provincia, Pablo Quinteros (director del ex Cose), explicó que la mayoría proviene de familias problemáticas y vulnerables. "Se suma una situación económica deficitaria con poco acceso a la educación", agregó. Comentó que hay gran cantidad de chicos con adicciones y que han enviado entre cinco y 10 a comunidades terapéuticas, ya que la droga era la base de su actitud delictiva. Resaltó además que allí los adolescentes completan su trayectoria educativa y participan de talleres de herrería, talabartería, artes, huerta, entre otros.
Maltrato institucional
Otro dato llamativo en Cuyo es la cantidad de encuestados que manifestaron haber recibido algún tipo de maltrato desde que se encuentran en el centro cerrado. En la zona, este valor asciende al 47,1%, cuando el promedio nacional es de 30,7%.
Con estos valores Quinteros, se mostró sorprendido. “Siempre nos manejamos con un protocolo y tenemos un departamento de protección de derechos. Cuando hay una acusación de maltrato se da intervención a las autoridades y se hace la denuncia. Ese porcentaje, no coincide con lo que vemos acá”, explicó.
En cuanto al tipo de maltrato en Cuyo, un 66,7% se refirió al maltrato verbal; 63,3% al físico y 42,4% al psicológico. Entre los perpetradores los jóvenes señalan en un 53% al personal de seguridad, un 43,8% a acompañantes y operadores y un 18,8% a otros jóvenes del mismo centro.
Por otra parte, en la región un 55,3% aseguró que la comida es rica y aceptable en los centros, un 56,5% que es variada y un 38,1% que es suficiente cantidad. Mientras que un 78,3% aseguro que la limpieza de los espacios comunes es adecuada.
Detalles del estudio
El estudio "Las Voces de las y los Adolescentes Privados de Libertad en Argentina", que realizaron Unicef y el Cenep combinó diversas técnicas metodológicas de campo y recuperó fuentes complementarias de relevamiento de datos.
Principalmente se diseñó una encuesta autoadministrada y se realizaron entrevistas en profundidad. También se relevó información a partir de observaciones y de entrevistas a informantes clave dentro de cada uno de los veintidós centros cerrados en las siete provincias incluidas en el estudio.
Las provincias incluidas en la muestra son Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Salta, Jujuy y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El trabajo de campo se llevó a cabo entre diciembre de 2016 y marzo de 2017.